BERLANGA
ARTÍCULO DE: Evaristo Fuentes Melián

En la prensa diaria nacional, en crónicas a la muerte de Berlanga, no todo es benefactor. Hay críticos nacionales de empaque que opinan que Berlanga sólo hizo dos obras maestras, ambas de la mano del guionista Rafael Azcona: "Plácido” y "El verdugo". En el homenaje a través de la tele pública, a cargo de actores nacionales, la noche del domingo de su capilla ardiente, hay mucha mediocridad perra vinícola noctámbula fanfarrona madrileña. Nada que ver con la vida en los pueblos españoles periféricos. Alguien ha querido comparar a Berlanga con Fellini y Billy Wilder. Hay diferencias. Jamás en el cine hispano habremos visto a una mujer tetuda exuberante y avasalladora, dando de mamar orgásmicamente a un adolescente, como en “Amarcord”; ni jamás habremos visto el gesto angustioso de un fulano interpretado por Jack Lemmon, misérrimo, arribista y medrador, muerto de frio a la salida de “El apartamento” de su propiedad, mientras se lo ha prestado a uno de sus jefes, que está dentro con su chica preferida.
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