ARTÍCULO DE: José R. Peraza.

Impulsor de tantas obras buenas y humanas, como el Hogar Santa Rita de Punta Brava y el de Las Dehesas. Un hombre, un pastor, un sacerdote que lo dio todo, por los demás. Que se entregó en cuerpo y alma por los menos pudientes, que dio ejemplo de amor y cariño a nuestros mayores, que defendió contra viento y marea como un marino mas de tierra adentro, su gran proyecto: “vender trocitos de cielo” en la tierra, para dar cobijo, y cariño a mucha gente necesitada.
Su obra rebosa de grandes elogios, y se enfrentó pidiendo amparo ante las autoridades locales y provinciales. El resultado de su trabajo, está a la vista de todos.
Ahora, cuando ya su cuerpo descansa en el lugar de los justos, echamos en falta aquella sonrisa de padre bueno; de manos amigas, de sinceridad y de generosidad, para llevar a los menos pudientes un plato de comida, una cama o un abrigo, mientras los mas pudientes, que también los hubieron, apartaron la mirada, cuando las necesidades eran extremas, pero el Padre Antonio encontró en su largo camino, el agua limpia y pura para seguir adelante y calmando la sed a tanta gente necesitada de amor, cariño y comprensión.
Hoy más que nunca, notamos su ausencia, y rogamos al Todopoderoso lo tenga en su seno, perdone sus errores y lo colme de la felicidad del Cielo.
Padre Antonio, nunca te olvidaremos y por sus obras, siempre a favor de los necesitados, te haz ganado nuestro cariño y nuestra oración más sincera.
Descansa el Paz
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