EN EL ABISMO DE MIS DUDAS EXISTE LA ESPERANZA
ARTÍCULO RECIBIDO DE: Celestino González Herreros

Y sin embargo no soy tan pesimista como parezco, aún espero frente al blanco papel, a que mi mente se ilumine y pueda decir lo que en realidad siento, porque en el abismo de mis dudas existe la esperanza de que tanto malestar social en el Universo, sólo sea una mala racha... Que los ciclos de la vida nos devuelvan pronto aquella paz que vivimos sin tantos sobresaltos; y los seres humanos podamos mirarnos fijamente a los ojos sin el rubor del odio y el resentimiento. Y que volvamos a usar los buenos modales, y sanas costumbres; que disfrutemos como ayer del calor social perdido.
Podemos aportar, al menos, la tolerancia y buena dosis de humildad. Podemos despejar nuestras dudas aliviando nuestra conciencia al reconocer nuestros propios defectos y disculpar los errores de los demás, cuando vemos las mejores intenciones de arrepentimiento. La Humanidad quiere superar las situaciones negativas que nos ha tocado vivir, como si fueran elementos pasajeros, dado que, si no somos nosotros mismos los que nos impliquemos en la lucha, nadie lo iba a resolver, ya que es cuestión de todos. La esperanza está en nuestra conciencia, sincerémonos cuanto antes y elijamos el camino tantas veces señalado a través de una conducta más solidaria y cívica. Asumamos el reto con nuestra participación y pensemos más seriamente en la suerte de nuestros descendientes, que ya, de por sí, están preocupados. Incentivémosles dándoles nuestros mejores ejemplos de ilusión, esperanza y lucha constante.Los distintos sistemas burocráticos son contradictorios, a la vista están... Nuestros políticos portuenses no sé en qué piensan, aparte de pretender demostrar absoluta representación ciudadana, cada cual desde su defendido partido político. Todos quieren salvar al Puerto de la Cruz; y ya la gente no se lo cree por más esfuerzos que hagan para demostrar su buena voluntad y los deseos incontenibles de salvar la situación con dignidad, trabajo y entrega… Pero la ambición corrompe a las personas y los malos instintos obnubilan a sus calenturientas mentes. Hay que estar en las gradas, pacientemente y por supuesto lo más cómodos, sentados con lujo, viendo el lastimoso escenario lo más claro, sin perder detalle.
Todos merecen el máximo respeto, más quienes saben ganárselo. ¿Y por qué iba a ser lo contrario? Partiendo desde ese punto de vista, tal ves se acerquen más las partes disconformes. Ya sé que no es tan fácil, pero si hay voluntad, con muestras de nobleza y mejores intenciones, como seres civilizados que busquen soluciones inteligentes a corto o largo plazo, hallaremos los mejores resultados.
Seamos serios. Por ejemplo, los Partidos de la Oposición, gobernando hoy los que están en el Poder, en verdad, ¿desean que dejemos de ser la burla en todas las Islas Canarias y en la España peninsular, por tantos chanchullos barriobajeros?.. Si logramos sobre ponerlos a las respectivas ambiciones políticas y alcanzáramos un comienzo lógico, si pudiéramos todos ser concientes del delicado problema que amenaza a Puerto de la Cruz y decidiéramos resolver patrióticamente este lamentable problema político, todos íbamos a pasar a la historia popular como activos personajes que buscamos siempre lo que era necesario, de la forma que fuera, con tal de darle a nuestra ciudad ese nivel patriótico que nadie debe usurpárnoslo, su bella historia y abolengo, su sonoridad y tantas bellezas más que desbordan sus encantos… Pero… ¡No hay voluntad ciudadana! ¡Ni amor a nuestro Puerto de la Cruz! Ante nuestra apacible mirada lo estamos viendo morir sin inmutarnos, casi despectivamente, sólo por la ambición de unos pocos. ¿Qué va a ser de nosotros?
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