lunes, 29 de noviembre de 2010

UN NORTEÑO,

EL TEMPORAL

ARTÍCULO DE: Evaristo Fuentes Malián
    Ahora mismo está amaneciendo el lunes 29, día de los cacharros y castañas de  San Andrés y, ¡oh.oh.oh!,  el  del partido  Barca-Madrid. (Entre paréntesis: no me importaría que llegara el huracán al Camp Nou  y lo arrasara todo, y tuvieran que suspender el partido, y les quebrara el negocio a los  magnates del futbol, que sigue siendo “el opio del pueblo”… La crisis debe ser  para todos, para los ricachones también. ¡Carajo!)  
    Como iba diciendo, cuando escribo estas líneas está amaneciendo y no he visto los destrozos del  viento, pero está soplando fuerte, aunque sin lluvia.
   Se me ocurrió anoche una ocurrencia (valga la redundancia) al ir paseando por este  Puerto de la Cruz de nuestros desvelos, por la calle Zamora, en su encuentro con el Paseo de San Telmo,  me percaté de que el tiempo  estaba  irregular, preocupante, borrascoso…. ¿saben ustedes por qué? ¡Porque no había ni un fisco de brisa en LA PUNTA DEL VIENTO!  ‘Ipso facto’ corrí para mi casa a guarecerme…
    En este Valle de Taoro, el viento palmero es raro y preocupante, pero el que de verdad jo…roba y arrasa  es el que viene del Padre Teide, que baja “por hondonadas  y lomas”  (verso de una poesía de mi hermano Isidro, premiada en el colegio Salesiano años cincuenta) arrasando en este Valle de lágrimas todo lo que encuentra a su paso.  El viento procedente del Teide se convierte a veces, cada equis años, en un dios justiciero y vengador que castiga nuestros pecados, un dios insolidario que nos machaca los cultivos y deja en posición horizontal, moribundos, los rolos de las plataneras, esos rolos de los que un gobernador peninsular de  los mandados por Franco dijo que la madera de los troncos de platanera se podría aprovechar por los carpinteros… ¡Sin comentarios!
                                                                                                                                           ESPECTADOR   

No hay comentarios:

Publicar un comentario