domingo, 30 de enero de 2011

DESDE EL PUERTO

ACERCAMIENTO A LA HISTORIA DEL “CASINO DE LOS CABALLEROS”

ARTÍCULO DE: Melecio Hernández Pérez

(Pido disculpas por la profusa lista de miembros del casino que aparecen en este trabajo, pero me pareció que era una fórmula de traer al recuerdo muchos nombres de naturales y residentes del Puerto de la Cruz en el siglo pasado)  

Las sociedades recreativas y culturales fundadas en el Puerto de la Cruz hasta 1906 se limitaban al Círculo de Iriarte y La Nueva Unión. Pero si se consideran las fundadas por la comunidad extranjera residente en el valle de La Orotava, especialmente la británica, hay que destacar The Guanche English Club y The British Outdoor Games Club, independientemente de la de carácter musical y teatral The Orotava English Musical and Dramatic Society.

Las asociaciones locales del pasado fueron instituidas por grupos sociales vinculados a ideologías políticas, fundamentalmente republicanos y socialistas. Éstos, además de centros de reunión y juegos, celebraban bailes y fiestas, así como otras actividades culturales que consistían en veladas artísticas, representaciones teatrales y conferencias. Precisamente, esa acotación sociopolítica fue el origen del Casino del Puerto de la Cruz, un centro emulador de los clubes ingleses, de signo autocrático y clasista, más conocido popularmente por el sobrenombre de “Casino de los Caballeros”, que, sin embargo, fue receptivo con significativos demócratas de la vida política e intelectual. 

Esquina calle Blanco con Iriarte del Puerto de la Cruz está el edificio que fue sede de dicha entidad a lo largo de sus más de sesenta años de existencia. Casa del siglo XVIII de dos plantas con mirador y sótano con una superficie de 334m2, es parte del paisaje urbano y arquitectónico del casco histórico. El carácter cerrado de la dirección y administración del casino era la filosofía de un grupo circunscrito a la pretendida diferenciación de “su” clase social y económica del resto del común de la ciudadanía.

En el primer enunciado del reglamento- posteriormente estatutos-, la sociedad propugnaba fomentar la cultura intelectual de sus socios y proporcionar a los mismos todos los deportes, distracciones, juegos y espectáculos, propios de la buena sociedad. Entre otros artículos estatutarios cabe reseñar tres tipos de socios: propietarios, supernumerarios y transeúntes. A los primeros correspondía desempeñar los cargos de la junta directiva, votar en las generales y ser dueños del capital de la sociedad, que se distribuiría entre ellos una vez satisfechas todas las obligaciones en caso de disolución de aquélla. La sociedad celebraba una junta general ordinaria en el mes de diciembre para aprobar o censurar las cuentas, nombrar la junta directiva del siguiente ejercicio y para tratar de cuantos asuntos fueran concernientes a la misma, y otra junta general de carácter extraordinaria en el mes de enero para la aprobación de los presupuestos.

Por carencia de fuentes documentales de los primeros años de su andadura no me ha posible historiar tan esencial periodo. Pero en 1910 y 1912 el centro estuvo presidido por Melchor Luz Lima y Juan Machado Pérez, ostentando el cargo de secretario Luis Rodríguez Figueroa y Toribio Pérez, respectivamente. El resto de los miembros directivos, ahora y en adelante, los omitiré para aligerar el artículo de tan copiosa nómina, a excepción de los socios por cuanto de evocación tiene para varias generaciones. Los  Machado Pérez fueron unos de los principales pilares y sostén a lo largo de la historia del casino.

(Continuará)

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