domingo, 1 de mayo de 2011

URGENCIAS Y EMERGENCIAS,

URGENCIAS O CONSULTAS MEDICAS‏
ARTÍCULO DE: David Crespo 
Una urgencia médica es toda situación que requiera una actuación médica inmediata.
El conocimiento de dónde acudir en caso de un problema de salud en casa debe ser un concepto social básico. El utilizar los servicios asistenciales sanitarios inadecuadamente produce uno de los mayores gastos del sistema sanitario público que, por supuesto, es detraído del presupuesto general. Al utilizar inadecuadamente estos servicios estamos disminuyendo recursos para la inversión en áreas tales como la investigación e inversión en mejores medios en la atención en urgencias cuando es realmente necesario. Además la congestión (atasco) en los servicios de urgencias que esto supone nos restará a todos la posibilidad de ser atendido inmediatamente por los técnicos de la salud con todos los medios que hemos ahorrado previamente.
Por ello parece que si se educa, estimula e informa a la población de las posibles alternativas y opciones de su asistencia (cuidados en centros más baratos, o cuidados domésticos) sería posible un ahorro del costo sanitario a corto plazo y una mejora en la atención sanitaria que requerimos todos en algún momento.
Urgencias Médicas
Es importante además el autocuidado, el llevar a cabo una serie de acciones generales destinadas a mejorar nuestra propia salud, que nos hagan menos candidatos a requerir asistencia sanitaria (dieta adecuada, buena higiene, vigilar la salud bucodental…). La gestión de la demanda no debe suponer simplemente una disminución de la misma, sino que debe implicar un control de la salud personal de los usuarios para que reduzca el inapropiado uso de los servicios sanitarios.
Las estrategias del control de la demanda debe comprender servicios de triage telefónico (atendido por personal entrenado y con bases de datos informáticas) que dispense información sobre enfermedades, educación sanitaria, alternativas de apoyo en grupos ante situaciones crónicas, evaluaciones de procedimientos, rentabilidad de los mismos, riesgos, etc.… para que los usuarios de salud dispongan de la suficiente información para poder tomar decisiones apropiadas en cada momento.
Una vez hecha esta reflexión debemos ver que es posible enfrentarse a varios tipos de urgencias:
Las que Precisan Atención de Urgencia Hospitalaria
Situaciones que de forma evidente exigen una actitud terapéutica inmediata:
Parada cardiorespiratoria
Taponamiento cardiaco
Rotura de un gran vaso sanguíneo
Hemorragia intraabdominal
Dificultad severa para respirar
Traumatismo importante (habrá hemorragia visible o pérdida de conciencia)
Fuera de estos casos, el resto pueden esperar unos segundos o minutos, sin que por ello empeore significativamente el pronóstico, mientras se establece el diagnóstico.
Situaciones con peligro vital si no se diagnostican precozmente:
Apendicitis
Intoxicaciones
Desorientación en tiempo espacio o no reconocimiento a familiares, etc. …
Las que Pueden ser Atendidas por Otros Recursos
Situaciones sin peligro en plazo breve pero en las que es importante el diagnostico precoz por la epidemiología. Por ello es urgente diagnosticar una tuberculosis en una hemoptisis.
Situaciones banales en las que el médico debe actuar para tranquilizar al enfermo y familiares, evaluando si los síntomas carecen o no de importancia (fiebre, dolor de garganta, dolor de espalda, erupción cutánea, vómitos, golpes no intensos sin herida, molestias de oído, tos, diarrea, irritabilidad, dolor abdominal no intenso, conjuntivitis, estreñimiento, …)
Urgencia social. A veces esta es la justificación única de la asistencia por no haber otros medios (no sanitarios) de solución a un problema.
Fuentes 1 Salud.com

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