ANTE LA VÍSPERA DE SAN ANDRÉS - CASTAÑAS, BATATAS, VINO NUEVO Y CACHARROS POR LA CALLE.
ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez
En noviembre la víspera de la festividad de San Andrés fue antes un acontecimiento social largo y extendido. Pero los tiempos cambian, y ya aquellas reuniones familiares al pie de la bodega en la víspera del Apóstol, se va perdiendo.
Eran tiempos aquellos no tan lejanos, donde se reunían los amigos y familiares para estrenar en vino nuevo, junto a unas batatas, el pescado salado unas castañas tostadas y unos vasos del recién estrenado vino.
Todo disfrutaban en conjunto de aquella armoniosa reunión, familiares y amigos participaban de aquellos encuentros. Unos los hacían en sus propias bodegas y otros en sus casas con los suyos e invitados. Una tradición que luego terminaría tanto en las bodegas como en los hogares con la guitarra y el timple para deleitar con los cantos de la tierra aquella velada espontánea pero al mismo tiempo, cuidada y esmerada por los suyos, y que en muchos casos, se prolongaba hasta el amanecer.
Esa era la otra forma de cumplir, con la tradición, mientras los más pequeños de la casa, salían a la calle a correr el cacharro, con el fin de que el bullicio en esa noche mágica, no se perdiera.
Hoy la víspera de San Andrés pasa casi desapercibida y se echa en falta, el bullicio de los cacharros que los chiquillos acostumbraban a deslizar sobre las piedras de los viejos caminos.
Recordando aquellos años, enviamos nuestra felicitación a todos aquellos que celebren su onomástica o cumplan años en las señaladas fechas, a la espera que esta legendaria tradición vuelva a resurgir de nuevo, aunque hay en esta isla, municipios que la conservan con el mayor celo y cariño.
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