martes, 8 de febrero de 2011

LOS REALEJOS AL DÍA,

¡VIRGEN DE CANDELARIA, NO TE PUEDO OLVIDAR….!

ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez

La festividad de la Virgen de Candelaria, es una fecha muy importante en ni familia. El nombre de la Virgen lo llevaba mi madre, después y por deseo propio de ella, lo lleva mi hermana, y luego por deseo de mi hermano José Vicente, lo lleva su hija, mi sobrina. Por tanto, la festividad litúrgica de la Virgen de Candelaria está muy presente en las vidas de mi familia, que nunca han olvidado a la morenita, nuestras Celestial Patrona General de Canarias, como bien decía nuestro común amigo candelariero, don Antonio Nóbrega Navarro, Agente Comercial titulado, con quien nos unía una gran amistad y afecto.

Hoy cuando recordamos la Festividad de la Virgen de Candelaria, echamos muy en falta la presencia física de nuestra madre; ella festejaba con los suyos este gran día, y compartía con los vecinos más próximos el día de su onomástica, que con tanto cariño compartía familiarmente.

Muchos fueron los viajes que desde Los Realejos realizamos hasta el municipio de Candelaria, dada la fe que nuestra madre sentía por la sagrada Imagen, unas veces en camiones en la festividad del 15 de agosto, y otras tantas en coche, pero casi siempre, coincidiendo con el día de la Virgen o sus fiestas. Y nunca faltó un conejo en salmorejo, unas papas arrugadas o una pelota de gofio para ese día y por, los aledaños de la Cueva de san Blas o la propia playa. Almorzar después de visitar a la Virgen y darle las gracias por tantos favores recibidos.

Eran los años 70-80, cuando más abundaban los camiones engalanados de sábanas, hojas de palma y papeles de colores, y llenos de gentes de todas las edades, que acudían a los pies de la Patrona, para darle las gracias por los dones recibidos o a cumplir sus promesas.

Fechas aquella, que nunca olvidaremos entre el tajaraste tenderetero, donde no podía falta la garrafa de vino o la bota, mientras el camión bajaba por la cuesta de las tablas, con dirección a la Villa Mariana.

Hoy nuevamente, parece que estamos realizando aquel mismo recorrido y con la misma gente, pero miramos a nuestro alrededor y notamos sus ausencias. Ellos desde lo alto de seguro que estarán festejando al igual que los candelarieros estos días de la festividad de la Virgen, junto con los miles de romeros que tanto en febrero como en agosto, se dan cita en esta Villa esplendida, para orar por Ella y ante Ella, por los que ahora no están.

Que ella tienda su milagroso manto sobre las Siete Islas, y nos de el calor humano que nos falta para ser mas gustos con los injustos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario