sábado, 5 de marzo de 2011

TAORO,

ACCIDENTE DE UN PESCADOR EN LOS DIQUES DEL MUELLE DEL PUERTO DE LA CRUZ       
ARTÍCULO DE: Sacramento Domínguez
Un hombre de unos cincuenta años resultó gravemente herido por una caída accidental mientras pescaba en los diques del muelle pesquero del Puerto de la Cruz. Sobre las 16 horas del viernes 4 de marzo un pescador fue visto por unos jóvenes que paseaban por el lugar tratando de salir de los diques donde se encontraba herido posiblemente por una caída.
Activados los servicios de emergencia se personaron en el lugar 7 policías municipales, 2 nacionales y 2 miembros de una ambulancia sanitarizada del SUC, además y de una doctora que casualmente estaba de vacaciones en el Puerto paseando por la zona de la playa del muelle y, puesta en antecedentes de lo que ocurría, espontáneamente acudió en auxilio del accidentado.
Los miembros de la ambulancia se las vieron y desearon para poder llegar con su vehículo hasta las proximidades del accidente. Varios factores se juntaron para este hecho, la barrera de acceso al muelle cerrada con candado y nadie aparecía con la llave, el acceso lateral a la explanada del muelle también estaba cerrado con bolardos fijados al suelo con candados para prohibir el paso de los vehículos.
Los sanitarios acudieron a pie desde la barrera hasta los dique como pudieron. A la hora del traslado para poder acercar la ambulancia lo más próximo al lugar, tuvo que desplazarse por el Peñón para llegar a la explanada del muelle y de allí al propio muelle, aunque el vigilante de puertos abriera la barrera hubiera sido imposible transitar con la ambulancia por el lugar debido a la inadecuada colocación de las distintas embarcaciones que lo impedían.
El herido, una vez practicados los primeros auxilios y acercada la ambulancia para su traslado, necesitó la ayuda de seis personas entre sanitarios, doctora y policía para sacarlo del lugar donde se encontraba y trasladarlo al hospital Bellevue.
Destacar el inestimable servicio que esta facultativa anónima prestó al accidentado en todo momento, así como el esfuerzo de los sanitarios para llegar al lugar y hacer su trabajo.
Otra cosa será ahora buscar responsabilidades entre aquellos políticos o funcionarios que las tuvieran por la tardanza en poder llegar a auxiliar a un accidentado que puedo morir, debido fundamentalmente a la negligencia de quien se empeña en fiestas y demás saraos en cerrar a cal y canto los accesos a las calles de la ciudad con bolardos con candados cuyas llaves luego nadie sabe quién las tiene, impidiendo llegar a donde corresponda a los servicios de emergencia.

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