jueves, 14 de abril de 2011

LOS REALEJOS AL DÍA,

LA SEMANA SANTA Y LA FE DEL PUEBLO REALEJERO

ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez

La Semana Santa o Semana Mayor es para algunos unos días de vacaciones casi interminables. Derecho tiene todo aquel que utilice estos días, para el descanso, y líbreme Dios que sea yo el oponente a lo que cada cual quiera hacer en estos días de recogimiento y de oración.

 Otros muchos los que frecuentan la iglesia como costumbres heredadas desde nuestros antepasados, siguen firme a sus creencias y acuden a los distintos actos litúrgicos, o procesiones que en las distintas parroquias se organizan, y no puede ser menos en Los Realejos, tierra de buena solera

que manifiesta sus creencias en estos días llamados a reflexionar muy profundamente, cuando vemos a nuestro alrededor tantas injusticias humanas, hambre y miseria en tantos seres humanos y vagamundos que duermen al intemperie o sobre el banco de una plaza, y que desesperadamente buscan un trozo de pan para matar tanta hambre acumulada de días sobre días, bajo la ceguera política de nuestros políticos de turno.

               En sus corazones de seguro que es donde mejor se siente la tristeza de lo que Jesús de Nazaret pudo padecer en El Calvario. El dolor de los clavos y la corona de espinas, las tres caídas, y los latigazos del verdugo sobre las espaldas del Maestro. En esos hombres se nos refleja la estampa del Nazareno con la Cruz del martirio llevada cada día sobre sus hombros, y la sangre derramada pasa casi desapercibida por quienes tienen el deber de prestarle mayor atención y consuelo.

               No cabe duda, que cada día vemos por muchas calles unos nazarenos envueltos en la mayor y trágica desesperación. En sus rostros de barba larga podemos contemplar una gran desesperación que muchos desestiman. Es esta la Semana Santa de la que el ser humano debe de sentir compasión ante una estampa nada grata a los ojos de Dios, y ante una sociedad de consumo que día a día se va separando de la iglesia, asta tal punto que el gobierno ha querido con malos propósitos e intenciones, callarles la boca a los obispos de tal manera que pretenden impedirle a expresarse libremente por manifestarse a favor de las familias cristianas y advertir a todo creyente el peligro al que estamos llamados ante tanta incertidumbre, y bajo tantas negras cortinas confusas de unos políticos poco coherentes y desobedientes con la fe que profesan los obispos, auténticos guardianes y defensores de los evangelios. Ahora más que nunca, la iglesia no puede callar, y las familias cristianas deben de estar unidas como una piña contra un gobierno que pretende poner freno a nuestras creencias como católicos y practicantes.

Dicho todo esto hoy tambien quiero referirme a nuestra Semana Mayor, pues en nuestro municipio, estos días de recogimiento, se viven con intensidad en todas las parroquias y ermitas de Los Realejos, y lo hacemos porque estamos comprometidos con ese gran proyecto de ser cristiano practicante. De acudir a la iglesia tantas veces como sea necesario, porque asi lo hemos aprendido de nuestros mayores, y esa fe no habrá gobierno de ningún signo político que la pueda echar a bajo por mucho que lo intente, porque hemos nacido bajo en signo del agua bautismal, y nos consideramos hijos de Dios y servidores de su iglesia.

Por todo ello, por esa fe heredada de nuestros antepasados y reconfortada con el agua del bautismo, sólo nos la podrá arrebatar el camino natural de la muerte, para la cual no hay remedio en este mundo, sólo asi, entregaremos nuestro espíritu y el prestigioso don de ser cristianos e hijos de Dios.

Vivamos esta Semana Santa, mas unidos que nunca, porque hay motivos para ello. Y los Realejos que es un pueblo verdaderamente sano y culto, llenará sus templos parroquiales y sus ermitas para conmemorar una vez más, la Pasión y Muerte del Señor. Templos y ermitas con olor a incienso, a jazmines, a rosas frescas. Flores que le darán esplendor ya no sólo a los muchos tronos procesionales, sino además a tantos y destacados monumentos, que con elegancia, se confeccionan en tantos templos repartidos por el término municipal.

Imágenes de gran belleza como el Nazareno de la parroquia de Santiago Apóstol de Martín de Andújar y Cantos, o la Dolorosa de Rodríguez de la Oliva de la parroquia de La Concepción, son algunas de las imágenes más destacadas y admiradas en la Semana Santa realejera, que con tan hondo sentir son acompañadas por sus venerables cofradías, instituciones que en los últimos años, han aumentado en las dos principales parroquias de Los Realejos, asi como el número de imágenes, que sin lugar a dudas, dan lugar a que muchos forasteros acudan en masas a sus llamativas procesiones, especialmente a las del Encuentro del Viernes Santo por la mañana, asi como la del Santo Entierro.

Tampoco debemos olvidar los actos litúrgicos que se recogen en el programa de la Semana Santa. En todos ellos, la asistencia de fieles, está garantizada por tradición, por fe y por costumbre. Por consiguiente, y desde nuestra niñez hasta nuestros días, hemos vivido y compartido muchas Semanas Santas, y esta forma de transitar la iglesia, ningún político nos lo podrá prohibir por mucho poder que tenga.

Los Realejos como tantos municipios de la isla y de Canarias vivirá como también lo hace La Laguna, y otros municipios, su Semana Mayor con el mayor respeto y esplendor. Creo que vale la pena visitar Los Realejos, sus templos y ermitas en estos días de tanta transcendencia para el cristiano.

 No cabe duda que a lo largo de la historia nuestras  iglesias han ido atesorando un rico patrimonio artístico, punto  ineludible para estudiar el Arte en Canarias, pero sucesos como el ocurrido el 5 de noviembre de 1978 en la parroquia de La Concepción de Los Realejos casi nos obliga a cambiar de camino, pero no dudamos del valor de estas piezas perdidas que ilustraron el pasado y el paso de los siglos, los diferentes momentos históricos y la nueva sucesión de estilos, y difícil se nos pone poder recuperar documentación sobre lo que hemos perdido como puede ser la perteneciente  al Ecce Homo o la Dolorosa de Luján Pérez por poner dos ejemplos. Lo cierto es que no sólo hemos perdido una de las más compartidas y visitadas Semanas Santas, sino además sus señales de identidad de todo aquel rico patrimonio que el fuego se llevó. Hoy con la esperanza de volver a revivir aquellas tardes tan solemnes, la piedad de muchas familias conscientes de la falta de imágenes para celebrar con mayor lucidez nuestra Semana Santa, nos han dudado en donar a la parroquia imágenes como el San Juan Evangelista, el Nazareno, el Ecce Homo, La Piedad, el Cristo de la Redención, El Señor Preso, San Pedro Penitente, La Verónica, el Cristo Yacente, El Señor de atado a la Columna, que junto a la Dolorosa de Rodríguez de la Oliva y el Señor en el Huerto y la entrada de Jesús en su burrito de la parroquia del Carmen, son las imágenes con las que la parroquia matriz de La Concepción, viene celebrando su Semana Mayor.

También en la parroquia de Santiago Apóstol, la Semana Santa goza de gran brillantes y esplendor. Imágenes tan importantes como el Nazareno de Martín de Andújar, su Crucificado y los nuevos pasos donados por familias, han reforzado admirablemente la Semana Santa en esta Parroquia, que evidentemente cuenta con numerosas cofradías, fruto de la llegada de nuevos y conmovedores pasos, como puede ser el Señor en el Huerto, o la Piedad entre otros de gran belleza. A todo ello hay que unirle sus artísticos monumentos, bien representados, y que se convierten en obras de arte. Asi con la ayuda estimada de los fieles, las parroquias y ermitas de Los Realejos, celebran su Semana Santa, entre el olor de la retama, el incienso y los sirios encendidos. Y del mismo modo que lo hicieron nuestros antepasados.

Que estos días de reflexión sirvan para unir esperanzas y arrepentirnos de tantas tentaciones que caen a diario sobre la mente del ser humano, y que seamos más hermanos, y donde se alejen las distancias, reine la Paz, y Cristo Resucitado, el Domingo de Gloria sea nuestro mejor amigo entre los amigos.

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