jueves, 11 de noviembre de 2010

LOS REALEJOS AL DÍA,

RAMBLA DE CASTRO, OTRA VEZ

ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez

Nada, no hay planes ni proyectos que mejoren la "enfermedad" que azota a Rambla de Castro, ni políticos capaces de recuperar adecuadamente este paraje natural norteño del municipio de Los Realejos.

Aquella vieja hacienda no hay varita mágica que la resucite y la establezca en el catálogo preferencial de lugares o espacios protegidos por mucho que digan los políticos. Y vemos como poco a poco, nos vamos olvidando de Rambla de Castro casi sin darnos cuenta del valor de este paraje y que tantas veces visitaron tantos ilustres viajeros.

Este lugar más conocido por Mayorazgo de Castro hay que trasladarlo a comienzos del siglo XVI. Sus orígenes se remontan al reparto de tierras despues de la Conquista de la Isla.

Mucho tendría ahora que pensárselo Jean Mascart, astrónomo del observatorio de Paris en su vista a Tenerife en el lejano año 1909, cuyas declaraciones quedan ya muy lejos de la realidad tal y como vemos ahora a Rambla de Castro.

Jules Lecierq, que tuvo la oportunidad de conocer de cerca a Rambla de Castro a finales del siglo XIX, dijo que las palmeras le hicieron soñar con encontrarse en la célebre alameda del Río de Janeiro, y sus grutas le trajeron recuerdos inmensos de la isla de Calypso.

 Yo que estuve allí el día 28 de junio  de 2009 a las 11 de la mañana  la considero modestamente hablando y despues de caminarla a pie, un paraíso abandonado, o un oasis en pleno abandono, cuyos culpables son el Cabildo Insular de Tenerife y el Ayuntamiento de Los Realejos.

Lo que haya dicho Benigno Carballo Wanguement, Jean Mascart o Jules Lecieroq, Viera y Clavijo o Sabino Berthelot en su momento queda ahí, como aportación a su forma y modo de  pensar de cada unos de ellos, todos por mi parte muy respetables y que no merece discusión alguna. ahora bien; si estos mismos personajes vieran el abandono por el que han sometido a Rambla de Castro a partir del año 1960 en adelante hasta nuestros días, ¿Qué dirían?, posiblemente que en Tenerife y Los Realejos no hay políticos responsables.

El trato que a Rambla de Castro como paraje natural o lugar protegido le han dado, es de pena, el abandono es palpable y la desidia reina en cada rincón. La casona que no hace muchos años fue restaurada, está cerrada a cal y canto, las paredes de la cocina y la caballerías y la propia casa, dejan al descubierto que este lugar tan piropeado pasa por unos de los momentos más drásticos de su historia, y hasta el verde palmeral va perdiendo su color y vemos como poco a poco sus abanicos se van secando justo en frente de la vieja y rancia casona.

 A don Waldimiro Rodríguez Brito le rogamos preste un poco más de atención a Rambla de Castro dentro de sus competencias como consejero del área de Medio Ambiente del Cabildo Insular, y que piense que Tenerife  es mucho más que Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, por poner algunos ejemplos.

Ahora mismo ni Rambla de Castro es los "Jardines de Armida" ni tampoco "Los Jardines colgantes" de Babilónia", unas de las siete maravillas del mundo. ¿Quiénes son y donde están los culpables del abandono que reina en Rambla de Castro?

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