jueves, 30 de diciembre de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

LENGUAJE SILBADO O SILBO ARTICULADO. LENGUAJE BUCIADO. AJIJIDES. HOGUERAS Y AHUMADOS.

ARTÍCULO DE: BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

Comienza diciendo Bethencourt Alfonso: “Las vagas noticias que sobre el silbo articulado hemos recogido en algunas islas y su actual existencia en La Gomera y Tenerife, siquiera en ésta en estado agónico, son reveladoras que fue de uso común en todo el Archipiélago.

Los guanches poseían la facultad de trasmitir sus pensamientos a distancia articulando los silbidos, constituyendo un verdadero lenguaje de expresión, pues no se trata de sonidos convencionales sino de silbos articulados, desempeñando los labios el oficio de cuerdas vocales”.

De sus estudios y observaciones que realiza llega a una serie de conclusiones que aún, en la actualidad, se tienen en cuenta como premisa de trabajo: “Salvo excepciones, el aprendizaje hay que intentarlo desde la niñez para vencer las dificultades de ejecución y educar el oído a los sonidos. Los extraños no entienden absolutamente nada hasta pasado tiempo.

ARTICULAN EL SILBO EMPLEANDO TRES  MODALIDADES:

Contrayendo y dirigiendo los labios delante de modo que deje entre ellos una pequeña abertura. Este sistema para las cortas distancias, para las modulaciones suaves y arrulladoras, como por ejemplo entre novios.

Dilatando lateralmente los labios y aproximándolos de manera que formen una hendidura transversal y estrecha, a cuyo centro aplican la punta de la lengua dispuesta en canal; y Apoyando la extremidad de un dedo sobre la lengua, o dos dedos semejantes de ambas manos dispuestos e V con el vértice hacia el fondo de la boca; ya colocando entre los arcos dentarios y en flexión (que es el más usado), cualquiera de los cuatro últimos dedos con la concavidad mirando adelante, o bien fijando sobre la lengua la punta unida a la de otro dedo de la misma mano, en círculo. Sea cual fuere la forma en que se empleen los dedos, siempre queda el espacio comprendido entre ellos y las comisuras perfectamente ocluido.

El lenguaje silbado dispone de un registro que puede recorrer cerca de dos octavas, si bien de ordinario no pasa de media. Los labios hacen de cuerdas vocales, la cavidad bucal de tubo de resonancia y la lengua de agente articulador del silbo, en el que se distingue el timbre, intensidad, tono y duración.

Respecto al timbre no sólo se conocen por él las personas sino los animales a sus pastores, como en más de una ocasión lo hemos comprobado; y cuanto a intensidad, tratándose de los grandes silbadores, sin ser en el lenguaje, nos reservamos nuestras impresiones ante el temor de aparecer exagerados o ponderativos. Eso hay que oírlo, sobre todo a los de Chipude de La Gomera.

En el lenguaje silbado ajustan los sonidos a las sílabas, es decir, lo que pudiera llamarse fonética de los silbidos a la fonética de las palabras castellanas; pero a veces no acontece esto, como en el término gomero opis, “oveja”, que traduciéndolo literalmente cuando lo articulan con el silbo su genuina representación es . No tenemos datos bastantes para decirnos entre si son signos convencionales, adoptados en toda la isla, o voces o contracciones de voces de la lengua guanche, a lo que nos inclinamos”. No cabe duda que estas primeras aproximaciones lingüísticas en torno al lenguaje silbado, conforman parte de los yacimientos para posteriores estudios, más rigurosos y sistemáticos, como los realizados por el insigne lingüista don Ramón Trujillo Carreño en su gran obra titulada “El silbo gomero. Análisis lingüístico”

Más adelante continua, don Juan Bethencourt Alfonso, analizando el uso social e intencionalidad de los mensajes silbados: “Por medio del silbo articulado se hacen preguntas, envían recados y sostienen conversaciones más o menos largas según el hábito y habilidad de los interlocutores. En menos de una hora pueden circular las noticias por la isla; siendo tradicional en Tenerife que los alzados, que tantos años después de la conquista se mantuvieron en armas contra la soberanía de España, se valían de dicho lenguaje para concertar correrías y eludir las persecuciones. Indudablemente antes del siglo XV debió ser de uso muy frecuente y universal en todo el Archipiélago, por más que no lo mencionen los cronistas, pues hasta dudamos se refieran en particular Bontier y Le Verrier, como dijimos en la “Revista de Canarias”, cuando hablando de los gomeros dicen: “su lenguaje es muy extraño, porque hablan con los labios como si no tuvieran lengua”. ¡Tal vez los capellanes de Bethencourt trataron de aducir una prueba, de que los naturales descendían de los Deslenguados!”.

Recomendamos consultar la obra “La Historia del Pueblo Guanche”, donde en este mismo capítulo se inserta a modo de curiosidad  “el  lenguaje silbado puesto en música en 1887 por el sr. Guigou, a solicitud del ya mencionado Mr. Quedenfeldt. Por cierto que el ensayo hecho en nuestra presencia en Sta. Cruz, fue con dos malos silbadores”.

“HISTORIA DEL PUEBLO GUANCHE. TOMO I.
SU ORIGEN, CARACTERES ETNOLÓGICOS, HISTÓRICOS Y LINGÜÍSTICOS”
DR. JUAN BETHENCOURT ALFONSO
PP.151-153

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