lunes, 3 de enero de 2011

ARCHPIÉLAGO GULAG,

LA CARA DE CASCOS
ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara
Me gusta la cara de Cascos para la España de Zapatero. La España del paro. También la España pobre, endeudada, marginada y desprovista de personalidad.
Esa cara de Cascos es la que mejor refleja el estado actual de las cosas. Somos pobres, estamos hartos, nos ningunean los pocos amigos que creíamos tener, estamos solos y nos traicionan.
Muchos son los que aseguran que merecemos lo que nos pasa. Cascos es la cara de los cuatro millones y medios de parados. La cara de Cascos es la cara de miles de familias que  no tienen para llegar a fin de mes. Es la cara de un Gobierno que nos envía a la puta calle. También la cara de una oposición genuflexa y estéril.
Pero el PP no quiere cara de perdedor a su lado. Mariano está convencido de que su cara es la más bonita. La cara de Rajoy no admite otras caras. En el PP se fabrica una dictadura de partido que algunos venden como la mejor herramienta para afianzar la democracia en España.
Y lo más sorprendente es que en esta tierra de parados, pobres y terroristas a los que se les perdona la vida por no seguir matando, la gente, también la gentuza, acude a votar convencida de que en las urnas está la respuesta.
Cascos habla hoy de su pequeño país: Asturias. Cuando el hombre era poderoso, había un solo país: España. Aznar era el presidente de todos los españoles. Cascos era un vicepresidente todopoderoso. Una especie de alumno aventajado de Alfonso Guerra en el PSOE de las mayorías absolutas cargantes y arrolladoras. El Cascos de la rueda de prensa se presenta como el defensor de Asturias. Su país. Uno más.
España es hoy nada más que eso. Un pueblo sin rumbo. España se ha convertido en un destartalado circo, viejo, aburrido y condenado a cerrar las puertas porque da pena, mucha pena. Se muere de asco, carece de recursos propios para salir del sumidero y, cuando no hay noticias, se recurre a la cara de un perdedor para acaparar portadas.
En el exterior nos observan con desagrado, con irritación. En la cara de Cascos ven la cara de todos esos políticos que nos han llevado a la ruina. Pero también ven nuestra cara. La cara del español derrotado. Álvarez-Cascos. Usted, yo.

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