martes, 25 de enero de 2011

UN NORTEÑO,

PAULINO VERSUS CANAL PLUS

ARTÍCULO DE: Evaristo Fuentes Melián
   Es indudable que las empresas privadas van ganando terreno y restándole poder a los poderes públicos. A todos los niveles. A escala mundial, quienes van marcando el camino a seguir en la Macro Economía son entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La culpa de la crisis en España no es precisamente de Zapatero, como burdamente pregona la derecha. Otro gobierno mejor hubiera quizá rebajado ligeramente el número de parados, pero la Macro Economía manda, el Mercado, ese ente abstracto y dictatorial, decide unilateralmente calificar el paro de ‘estructural’. Y punto.
    A nivel municipal, percibimos que las empresas privadas de ámbito local o comarcal van comiendo el terreno a la hora de las decisiones a la empresa pública, al ayuntamiento; se han dado casos en municipios isleños en que la empresa privada poderosa y clientelar consigue que se cambie el uso de suelo de rústico a urbanizable para beneficio de sus particulares arcas.
   A nivel regional, autonómico, tenemos un claro ejemplo reciente en lo deportivo: la repromisión en ‘cerrado’, por una empresa privada de TV, del partito de fútbol Tenerife-Las Palmas, del pasado domingo día 23 a las once de la mañana, hora tradicional para los infantiles y juveniles, ‘teloneros’ del partido de los grandes.  Es evidente el ridículo -- político por supuesto -- en que ha quedado Paulino Rivero, pidiendo infructuosamente que dicho partido se retrasmitiera en abierto.  La desmejorada oposición política canaria quizá no ha criticado en su debida forma  este fracaso del ‘paulinato’.
  Desde hace décadas, hay películas de ficción con vocación de realismo, como lo es “Blade Runner” (1982), en la que, en un próximo futuro, una paupérrima ciudad de Los  Ángeles  de California va a estar a merced de un grupo anónimo, privado. El poder público ha desaparecido.
                                                                                             ESPECTADOR

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