viernes, 1 de abril de 2011

VILLEROS ILUSTRES,

DRAGO MILENARIO DRACANACEAE. DRACAENA DRACO

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

El acceso al Parque del Drago donde se encuentra el Drago Milenario es libre para los residentes en las Canarias, el resto del público puede acercarse a este bello ejemplar, previo pago de 4 euros. Sin embargo, desde la alameda adyacente, se puede admirar el drago de forma totalmente gratuita, ICOD DE LOS VINOS, es un destino "obligado" a todo el que visite Tenerife. Si nos decidimos por acceder al parque podremos contemplar el jardín botánico, con las especies más representativas de la isla de Tenerife como a la recreación de un poblado Guanche y de una cueva volcánica, aunque si sólo nos interesará ver el Drago desde la Alameda será más que suficiente, ya que el parque no es gran cosa.
Sin duda, una de las razones por las que se ha elevado el drago a la categoría de mítico, es su linfa roja, conocida como sangre de drago. Apreciada desde la antigua Roma, donde la empleaban como colorante y panacea para todos los males. El interés por la sangre del drago se extendió a lo largo de los siglos y de todo el continente europeo. Al final, los usos eran tan variopintos, que incluso se barnizaba con esta savia los metales para protegerlos de la herrumbre. Afortunadamente, los humanos hemos descubierto otros productos muy efectivos para eliminar el óxido y en la actualidad los escasísimos dragos en estado salvaje están protegidos del vampirismo humano.

HISTORIA DEL DRAGO MILENARIO
La salud de este ejemplar ha preocupado desde hace mucho tiempo. El tronco presenta en su interior una gran cavidad de contorno irregular que se prolonga hacia arriba en forma de chimenea de más de 6 metros de altura. A finales de los años 30, una parte de la base fue taponada con cemento y piedras, quedando el hueco casi completamente cerrado. 
En 1985, el Ayuntamiento icodense contrató los servicios de un arboricultor americano, Kenneth Alien, para realizar un estudio sobre el estado de conservación del árbol. Éste decidió abrir una entrada por la base del tronco para poder inspeccionar la cavidad interior. Se instaló un ventilador para que circulara el aire dentro de la cavidad. De este modo se logró evitar el exceso de humedad, que es la causa principal que provoca la podredumbre de la madera, ya que facilita la proliferación de hongos y bacterias.
Años más tarde, en 1993, la corporación tomó el acuerdo de remodelar el entorno del drago, desviando la carretera que pasaba a pocos metros y creando un parque temático en su entorno. Se estimó importante realizar estudios previos sobre la estabilidad del árbol, contratándose para tal finalidad a una empresa especializada de Alemania, con la que colaboró la Universidad de Stuttgart. Los informes preliminares de los especialistas se conocieron en 1995, y en ellos se consideraba que el drago goza de buena salud y no corre el riesgo de agrietarse o partirse. 
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo desembarcó en la playa de San Marcos de Icod un mercader procedente de tierras mediterráneas en busca de “sangre de drago” (Se trataba de la savia de dicho árbol que por aquel entonces era un producto utilizado en algunos productos farmacéuticos).
Cuando llegó a la playa sorprendió a unas jovencitas guanches que se bañaban solas en el mar siguiendo el rito tradicional. Inmediatamente comenzó a perseguirlas y logró apoderarse de una de ellas. La joven viéndose capturada intentó cautivar su corazón ofreciéndole manjares de la tierra. El navegante que venía en busca de la “sangre de Drago” y que traía en su imaginación el viejo *mito griego de las Hespérides, le pareció que los frutos que le ofrecía la joven eran las míticas manzanas del Jardín de las Hespérides.
Mientras comía dando rienda suelta a sus pensamientos, ella aprovechó para escaparse, cruzó el barranco y se refugió en un bosque cercano. El la persiguió, pero de pronto se dio cuenta de que algo se interponía entre él y su presa: era un árbol, que majestuoso meneaba sus ramas como si de espadas se trataran. Su tronco se semejaba a una serpiente y en su interior se ocultaba la doncella guanche. El navegante, asustado, le lanzó al supuesto monstruo una flecha que al clavarse en el árbol hizo que de este brotara sangre líquida de Drago. Confundido y atemorizado huyó despavorido hacia el mar y rápidamente se subió a la barca y y comenzó a alejarse de la costa ya que estaba convencido de que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón.

EL MITO DEL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

Cuenta el mito que más allá de las COLUMNAS DE HERCULES (lugar que los griegos situaban en el Estrecho de Gibraltar) se encontraba el famoso Jardín de las Hespérides.
Las Hespérides eran siete, vivían en la Mauritania, aunque otras tradiciones míticas las sitúan en las Islas Canarias y cultivaban un Jardín magnífico, cuyos árboles cargados de manzanas de oro, excitaban la codicia de hombres y dioses. Estas manzanas se las había regalado Gea, la madre tierra, a Hera con motivo de su boda con Zeus. Un dragón con siete cabezas se encargaba de custodiar la preciada fruta y se hallaba en la entrada del jardín con los ojos siempre abiertos.
Euristeo le había ordenado a Hércules realizar Doce Trabajos y uno de ellos era robar las manzanas de oro. Hércules tuvo que sortear muchos peligros, pero lo peor fue enfrentarse al dragón que custodiaba el jardín. Tras una dura pelea logró matarlo y apoderarse de las manzanas de oro. La Hespérides le advirtieron que los dioses no lo permitirían y que las manzanas volverían a su lugar. Cuando Hércules llevó las manzanas a Euristeo, le comentó la advertencia hecha por las Hespérides, por lo que el astuto Euristeo se las regaló a Hércules como premio por su valor. Este inmediatamente se las llevó a la diosa Atenea que las restituyó en su lugar. 
A las Hespérides también se les da el nombre de Atlántidas o Pléyades. Todas se casaron con dioses o héroes y después de su muerte fueron colocadas en el firmamento formando la constelación de las Pléyades.

OTROS DATOS CURIOSOS SOBRE LOS DRAGOS

En el año 1995, la mayoría de los dragos presentaron una floración espectacular; el drago de Icod produjo 1800 ramas floríferas, lo que significa que, durante el período de fructificación, su peso se incrementó en más de 3.5 toneladas.
En las Islas Canarias hay varios dragos impresionantes. El mismísimo explorador y naturalista Humboldt, se interesó a finales del XVIII por el drago que se erigía en los jardines de Franchy (La Orotava), un gigante de 25 m. de altura y 23 m. de perímetro, desgraciadamente, fue derribado por el viento en 1867.
Otros dragos muy conocidos son el drago de Pino Santo en el municipio de Santa Brígida en la isla de Gran Canaria, con una edad que se estima entre los 500 y 900 años, el de Siete fuentes en Los Realejos y los dragos gemelos en Breña Alta en la isla de La Palma. Precisamente, en la isla de la Palma, en Garafía, se encuentra la mayor concentración de dragos del archipiélago

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