lunes, 15 de noviembre de 2010

CANARIAS - AMÉRICA,

EL MIÉRCOLES 17 SE PRESENTA A LAS 8 Y 30 DE LA NOCHE MEDICINA E ILUSTRACIÓN EN CANARIAS Y VENEZUELA EN EL COLEGIO DE MÉDICOS DE SANTA CRUZ DE TENERIFE
ARTÍCULO DE: Manuel Hernández González

El miércoles día 17 a las 8 y media de la noche se presenta en el Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife el libro Medicina e Ilustración en Canarias y Venezuela de Manuel Hernández González profesor titular de Historia de América de la Universidad de La Laguna y Coordinador del Centro de Documentación de Canarias y América. Editado por Ediciones Idea, el Gobierno de Canarias y el IULCE de la Universidad Autónoma de Madrid, el acto contará con la presencia de la Directoria General de Patrimonio del Gobierno de Canarias Arantaxu Gutiérrez, Rafael Padrón, profesor de Filología francesa y director de la colección en que se publica, el Gabinete de las Luces y el autor Manuel Hernández González
HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel, Medicina e Ilustración en Canarias y Venezuela, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea con el patrocinio del Gobierno de Canarias y del Iulce, 2010, ISBN: 978-84-9941-144-6, 283 pp.
La Medicina fue la única carrera experimentalista en la Universidad de la Edad Moderna. Los galenos canarios constituyeron un sector social promotor de las ideas ilustradas en las Islas y en Venezuela. En este libro se estudia, con un amplio aparato documental de archivos y bibliotecas de ambos lados del Atlántico, la significativa participación los facultativos isleños en la penetración de las ideas racionalistas durante el siglo XVIII y los prolegómenos de la revolución liberal y de la emancipación. Tras analizar el papel en el Archipiélago de médicos como Domingo Saviñón, Carlos Yañez  o Antonio Miguel de los Santos, se detalla la relevante actuación en Venezuela de Juan Antonio Perdomo Bethencourt, introductor de la inoculación de la viruela y de las ideas ilustradas y nacionalistas, José Luis Cabrera, firmante del acta de la Independencia y primer director de la Sociedad Médica de Venezuela, Antonio Gómez, secretario de Monteverde, Antonio Pineda de Ayala, diputado por Barquisimeto y comisionado de la República efímera de Santo Domingo para promover su integración en la Gran Colombia, y tantos otros, se significaron en la introducción de las nuevas ideas y se involucraron de lleno en el proceso independentista. Finalmente, se acomete el amplio elenco de hijos de canarios que estudiaron en las aulas de la Universidad de Caracas y que alcanzaron un papel prominente en la renovación de la vida cultural y política venezolana, como José María Vargas, José Ángel del Álamo, José Joaquín Hernández o José María Benítez.
Este libro estudia destacadas personalidades de la medicina canaria que influyeron en el movimiento ilustrado en Canarias y Venezuela, tales como los grancanarios Antonio Gómez y José Luis Cabrera Charbonier, el tinerfeño Juan Antonio Perdomo Bethencourt y el palmero Antonio Miguel de los Santos, cuya influencia se dejó sentir tanto en las Islas como en tierra venezolanas tanto en el ámbito científico como en el ideológico y cultural. Gómez, hijo de un significado ilustrado, participó en la Junta de introducción de la vacuna y dejó importantes trabajos sobre epidemias y tolerancia religiosa, participó de lleno en el proceso emancipador primero apoyándolo y más tarde siendo secretario de Monteverde. Exiliado en Trinidad, donde fue juez, ayudó a Graciliano Afonso, quien le dedicó una de sus obras. Cabrera, formado como el anterior en el seminario conciliar de las Palmas y en la Universidad de Caracas, publicó significativas obras médicas y fue, como diputado firmante del acta de Independencia, el primero que habló sobre la emancipación y más tarde diputado de la III República Venezolana. Perdomo, tras ser médico de la Inquisición y estudiar en el colegio jesuita de Córdoba y la Universidad de Granada, introdujo en Venezuela la inoculación de la viruela en 1769, su médico personal de Francisco de Miranda, los Bolívar  el obispo Martí, defendió las ideas de independencia desde 1780, fue alcalde de la Victoria de Aragua. Se relacionó con los revolucionarios franceses y fue desterrado perpetuamente de enezuela, falleciendo en el Puerto de la Cruz apoyado por el obispo Tavira que lo convirtió en su médico personal. El palmero Antonio Miguel de los Santos, formado en la Universidad de Sevilla, participó de lleno en su ciudad natal en la lucha por la supresión de las regidurías perpetuas, fue médico de la ciudad de La Laguna y se significó por sus ideas ilustradas en la Económica lagunera, publicando numerosos escritos, algunos de los cuales fueron prohibidos por la Inquisición.

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