sábado, 11 de diciembre de 2010

ARCHPIÉLAGO GULAG,

BIG BANG CONSTITUCIONAL

ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara Rodríguez

Otra oportunidad perdida. Como siempre. No importa que hoy gobierne Zapatero y con él su partidillo. Daría igual que lo hiciera Mariano y su centrista formación casi desideologizada.  En el páramo cabemos todos. Confortablemente quietos, sumisos, callados. Nace la luz para observar con nitidez una tiniebla que nos invade. Y en ella, zozobrando, el sistema se desvertebra hasta lo infinito.  La boca del depredador más cerca que nunca, para mentir, desvirtuar, maquillar; ganar al fin y al cabo sesiones plenarias y elecciones, hoy más alejadas que ayer, porque la alarma impide el voto libre o menos libre.

La sesión en el Congreso nos hunde más aún. Rubalcaba lo tiene todo bajo control. También el descontrol. Y en ese descontrol es donde la izquierda se crece. En el estado de alarma esa izquierda golpea, mima. La caricia de la izquierda siempre es un golpeo matemático, empírico. Rubalcaba amenaza (tiene que ser una amenaza) con marcharse ahora. Pero ahora no puede, porque la alarma hace que el imposible milagro se instale en los deseos de los hombres poderosos. A la fuerza, y con ganas, se quedan para dirigir la alarma. Un big bang constitucional.

La oposición habla como la bendita perdedora que se gusta en el banquillo de los acusados. Mariano es más brillante, más ágil y mucho más leído que el Bonaparte español. Zapatero no pretende ganar al eterno aspirante. Zapatero lo quiere ahí, moderado, pedaleando en el sofá del despacho. Brillante en la nada, estadista en la nada.

Las oportunidades pasan como lo segundos infinitos de los relojes que no se fueron con los muertos y siguen funcionando, tictac, tictac, en cuerpos extraños. Pero vivos.

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