sábado, 11 de diciembre de 2010

VILLEROS ILUSTRES,

EL MANANTIAL DE LA DONCELLA
ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu

Pelicula Sueca del año 1960, magistralmente dirigida por Ingmar Bergman, interpretada por Max Von Sydow, Birgitta Valberg, Gunnel Lindblom…
De genero dramático, se trajo a la Orotava por el Cine Club en la década de los años sesenta del siglo XX, y se exhibió en la sala del colegio de San Isidro por el salesiano don Ángel Martín entonces tutor del mencionado cine club de la Villa.

VENGANZA MEDIEVAL
Las películas del gran cineasta sueco Ingmar Bergman son todo menos sencillas. El mundo interior de este hombre, nacido en Upsala, Suecia, en 1918, hijo de un pastor luterano, respira complejidad y angustia vital por todos sus poros. Su formación, como actor y director, es inicialmente teatral. Pero pronto se introduce en el mundo del celuloide, donde descolla por su estilo sobrio y desnudo, sus imágenes cargadas de simbolismo, y sus sinceros interrogantes acerca de la existencia de Dios y el sentido de la existencia humana. En películas y series televisivas de los últimos años como SECRETO DE UN MATRIMONIO,  FANNY Y ALEXANDER , LAS MEJORES INTENCIONES, Infiel, introdujo además numerosos elementos autobiográficos, convirtiéndose así en auténticas confesiones sobre sucesos decisivos en su vida.
 El manantial de la doncella (1960), como EL SÉPTIMO SELLO (1957), discurre en la Edad Media, una época donde la omnipresencia de la fe en Dios no impide las pruebas dolorosas. Como la que tiene como protagonista a la jovencita Karin, una doncella de quince años, hija de campesinos, virginal e inocente, que atraviesa un bosque sola camino a la iglesia, y que es violada y asesinada por dos rufianes que la acechan. Ironías del destino, los dos sinvergüenzas van a pedir alimento y posada en casa de los dolidos padres (MAX VON SYDOW Y BRIRGITTA VALBERG), que pronto van a conocer la culpa que carga la conciencia de esos hombres, lo que les empuja a la venganza.
 El guión, basado en una antigua canción del folclore sueco, fue escrito por ULLA ISAKSSON, y Bergman, que lo calificaba de muy triste, supo transarlo de una atmósfera inefable de dolor y esperanza. Terrible y delicada a la vez es la escena de la violación. Y emocionante y catártico es el clímax en el bosque, la poética escena del milagro. La exquisita fotografía en blanco y negro es de SYEN NYKVIST, operador habitual de Bergman.

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