viernes, 31 de diciembre de 2010

LOS REALEJOS AL DÍA,

31 DE DICIEMBRE, SILVESTRE

ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez

Aunque la crisis sigue estando viva y sin resolver, ya mucos intentan buscar sus fueguitos artificiales para recibir el 2011. La norma, pese a la crisis, no se deshoja, vive la norma en el sentir de la gente, y quieren pasarlo bien. Pero donde más acusado se siente son en aquellos hoteles, en los cuales, el menú de Fin de Año, se confeccionaba con gran profesionalidad. La crisis y la baja del turismo han restringido en mucos casos, aquella definición. Y se ha optado por los mal llamados Buffet Mejorados. Que a la hora de la verdad en ves de mejorar, empeoran, pero no en todos los establecimientos hoteleros donde aún queda algún que otro “viejo” profesional.

En consecuencia y sin querer extenderme sobre el teme en el cual haría mucho que estilar, nosotros, los que nos hemos quemado las pestañas en los distintos departamentos de la cocina, notamos con bastante frecuencia, como la hostelería en general necesita profesionales que sientan de verdad la profesión.

La noche de San Silvestre era una gran ocasión para aquellos que de verdad sentían la cocina en sus venas y se desgastaban por preparar unos suculentos platos en un día tan especial como lo era el 31 de diciembre para darle la bienvenida al año nuevo.

Allí los exquisitos mariscos y pescados, las mejores carnes y la selecta carta de vinos y champanes, llamaban la atención de los clientes y comensales. Hoy el día de san Silvestre es uno de tantos, bajo la sorpresa inesperada del cliente que paga y no se le atiende como en los años 70 en adelante.

Los Buffet han roto una tradición y han puesto en entre dicho, la profesionalidad de cocinero que en su sano juicio se iba preparando para que aquellos exquisitos platos dignamente preparados, llegaran a los comensales elaborados con mimo y exquisito trato.

Hoy la hostelería en su inmensa mayoría, ha dado unas vueltas de rosca hacia atrás, pero en los viejos profesionales y por estas fechas, queda el recuerdo de la mágica noche de Fin de Año, tan notable y de agradable recuerdo para quienes las hemos vivido con el mayor entusiasmo y la total dedicación, siendo la protagonista: la Cocina y sus famosos cocineros. Momentos muy difíciles que vuelvan a resurgir, ante tantas cenizas ya esparcidas y olvidadas.

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