viernes, 31 de diciembre de 2010

TURISMO Y OTROS,

 HABLEMOS DE ECONOMIA.  Gestión     
 ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano
Mi convencimiento y percepción es que el 90% o más incluso de las empresas, pequeñas y medianas españolas están mal gestionadas. A veces, muy mal. En términos económicos, grandes empresas en España hay muy pocas, así que entiéndaseme a quienes me refiero. Lo que pasa es que esas pequeñas y medianas, conforman el cuadro de empleadores más potente. Y esto afecta a muchísimas familias.
Mi opinión es que esto ocurre por el personalismo, por la familiaridad impuesta o hereditarismo, por la falta de profesionalidad, por el rechazo a los gestores, asesores, consultores y demás “expertos” externos. Pero sobre todo, porque muchos, muchísimos “empresarios”, creen que la Caja de la empresa es suya, y que simplemente con montar una empresa, sea una caseta de feria o algo más, ya puede y debe utilizar la recaudación “bruta” para sus caprichos ególatras, para vivir a lo grande y a veces lamentablemente para gastarlo en cosas raras. Muchas veces asimismo, un éxito empresarial sobrevenido, gracias o a pesar del empresario, se interpreta mal, y se maneja mal el éxito, a veces tan mal que conduce al fracaso a corto plazo. Que se excluyan los que de verdad no crean estar en esta cesta y no se den por aludidos.
En cuanto al rechazo a los profesionales, es cierto y verdad que hay tanto charlatán de feria en este campo, en este país, como hay tanto letrado iletrado, y tanto asesor fiscal pasmosamente inútil, que sólo se valoran por el importe de lo que facturan o disipan, cuando no algo peor. Esto no sólo perjudica a los serios que los hay en algunos campos, y otros, en otros sectores que seguro los habrá aunque yo todavía no los conozca, sino que crea una desconfianza empresarial que hace plantearse a los “empresarios” entrecomillados  y a los verdaderos gestores, en que es mejor que las decisiones las tomen ellos o sus allegados, que al fin y al cabo les va más en la fiesta, que a unos individuos cuya incompetencia y a veces maldad es muy peligrosa.
Lo peligroso, creo yo, es que no se acuda a los “médicos” o consultores  empresariales jurídicos y fiscales, y que estos no sean rigurosos, competentes y trabajen a éxito o a “cuota litis” en lo posible. Es peligroso porque a poca o gran altura, siempre se necesita del experto real, que nos libere de la farragosa burocracia, del sistema fiscal insensato que hemos consentido nos impongan, y que nos mantengan en la seguridad jurídica imprescindible para defendernos de los atropellos gubernamentales,  de la Seguridad Social y del Ministerio de Trabajo, mientras existan algunos jueces que de verdad impartan justicia, aunque estén en extinción.
El empresario necesita crear empleo, no se hace empresario ni empresa despidiendo. El empresario debe de gestionar bien por responsabilidad, ya que sus fracasos afectan a seres humanos y a familias enteras, pero los asesores deben ganar en credibilidad y los reguladores deben hacer posible el negocio.     
Una definición de empresa. “Conjunto de factores cuya función es producir y su finalidad depende del sistema económico en que se halla inmerso”. Estamos inmersos ¿en qué sistema? A reflexionar.

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