miércoles, 22 de diciembre de 2010

UN NORTEÑO,

GODOS Y GUANCHES
ARTÍCULO DE; Evaristo Fuentes Melián
Hubo polémica en la presentación de un libro en el Instituto de Estudios Hispánicos, Puerto de la Cruz, la noche del pasado lunes 20 de diciembre. Poca gente había en la sala, no llegaba a veinte personas. El libro se desarrolla a modo de una historia novelada en la Conquista de Tenerife. 
En el debate final un señor cojo de habla peninsular repitió varias veces que “a  Canarias vino lo peor de cada familia”, extremeños, castellanos y andaluces, que llegaron en  varias oleadas, y que la raza guanche desapareció por completo. Un profesor le respondió, por el contrario, que de la raza guanche quedó un gran porcentaje, demostrado con pruebas genéticas, históricas, antropológicas…
 El debate casi termina como el rosario de la aurora o la batalla de La Matanza o La Victoria de Acentejo. Las palabras se convirtieron, por parte de una señora y otro  señor de los presentes, en dardos envenados para salirse por peteneras y abandonar un coloquio asaz positivo, enfrascándose en algo bronco, como lo es la lucha “godos versus canarios” que actualmente persiste. 
Aunque trabadas con alfileres perdibles, tengo algunas ideas sobre el tema de la Conquista de Tenerife:   Los guanches no eran tantos, se ha escrito que no pasaban de un total de  cincuenta mil en el conjunto del Archipiélago. Y estaban en la prehistoria, era un pueblo atrasado, matizado por las  luchas esporádicas entre los distintos menceyatos en cada isla.
 Probablemente, de los peninsulares llegó “lo peor de cada familia”, que  en aquellos tiempos solían ser muy numerosas. Las mujeres obviamente vinieron en mucha menor cantidad; la mezcla, pues, es palpable, hubo un mestizaje desde los primeros años, aunque en la actualidad los nacidos en Canarias en su conjunto tenemos mucha más sangre peninsular que sangre guanche.
 Epilogo: en todo caso, debe haber algo de cierto en eso que decía el señor peninsular cojo, que “vino lo peor de cada familia”. Sus descendientes, sin duda, somos nosotros, usted y yo querido/a lector/a. Hay tres factores adversos: uno, esos genes heredados; dos, el clima que nos da la ‘pachorra’; y tres, el atraso secular que seguimos arrastrando en muchas materias, por la lejanía y el aislamiento. Por esos tres factores en conjunto, estamos en la cola de muchas estadísticas en cuanto a datos positivos y favorables. El ejemplo más reciente es el informe de PISA sobre la Enseñanza: España a la cola de Europa, Canarias a la cola de España.
ESPECTADOR

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