miércoles, 26 de enero de 2011

VILLEROS ILUSTRES,

FRANCISCO PADRÓN HERNÁNDEZ - EL HOMBRE QUE HIZO DE CANARIAS EL LUGAR MÁS ENIGMÁTICO

ARTÍCULO DE: Bruno Juan Álvarez Abréu


El pasado verano fallecía el periodista tinerfeño Francisco Padrón Hernández. Sus restos mortales fueron entregados a las arenas y aguas de la playa de La Tejita, en donde había vivido algunas de sus más intensas experiencias. Fue uno de los más grandes divulgadores de misterios que jamás haya existido.

A mediados de los años ochenta, en España se vivía la mayor sequía informativa –en cuanto a los Ovnis se refiere– que se recuerda. Sin embargo, paradójicamente se estaba empezando a gestar una nueva generación de investigadores y periodistas que acabarían dedicando sus esfuerzos profesionales a la divulgación de todo lo que tenía que ver con los “no identificados”. Fueron ellos quienes, en los años noventa, lideraron informativamente lo que fue el temporal resurgir de la información sobre este asunto, al que se aproximaron cuando apenas se hablaba de este tema en los medios de comunicación. Lo hicieron gracias a varios libros publicados en los años setenta y comienzos de los ochenta. En ellos, el desaparecido comunicador tuvo mucho que ver.
Gran parte de esas obras fueron escritas por Juan José Benítez. Entre las revelaciones que contenían trabajos como 100.000 kilómetros tras los Ovnis o La gran oleada se abría paso una galería de personajes entre quienes destacaba –entre otros muchos– Francisco Padrón Hernández, un periodista tinerfeño que llevaba desde los primeros años setenta investigando el enigma OVNI en las Afortunadas. Él era el más estrecho colaborador de Benítez en aquellos lares. Ya se trataba de un conocido locutor de radio a quien muchos vecinos de las islas confesaron sus experiencias y avistamientos. La pasión que sentía por “aquellas extrañas luces” y su cálido espíritu comunicativo le convirtieron en la piedra angular que haría de las islas Canarias uno de los lugares más misteriosos de la Tierra. Gracias a él, pilotos de aviación, científicos y lugareños se decidieron a dar a conocer sus experiencias con los Ovnis. Hasta tal punto llegó la cosa que medios de todo el mundo empezaron a señalar a Tenerife –y a las otras islas del archipiélago– como una de las “zonas calientes” más activas de todo el planeta. E independientemente de que tras aquellos sucesos de gran impacto mediático existiera una intencionalidad por parte de los responsables del fenómeno, la labor periodística de Francisco Padrón fue fundamental y se convirtió en uno de los referentes de aquella nueva hornada de divulgadores que, en los años ochenta, se sintieron identificados con el espíritu de Padrón, por mucho que posteriormente pudieran haber disentido en algunas apreciaciones.

UNO DE LOS PADRES DE LA RADIO DEL MISTERIO

Cuando nadie se atrevía a hablar en radio de estas cosas raras, su acento canario y voz rasgada se convirtió en un mito. Fue uno de los padres y precursores de la radio del misterio en España. Del mismo modo que Fernando Jiménez del Oso fue el gran pionero del tratamiento de estos temas en televisión, y Juan José Benítez el primero en hacer lo propio a través de la prensa escrita, Francisco Padrón tuvo el coraje en hacer sonar psicofonías a través de la radio hace casi 35 años. Era algo impensable en la época. También fue uno de los primeros en llevar a testigos de avistamientos OVNI a sincerarse ante el público y relatar sus vivencias con un micrófono de por medio. Y es que aquellos eran tiempos muy intensos en Canarias. Por ejemplo, el 22 de junio de 1976 cientos de testigos observaron sobre Gran Canaria un enorme objeto que fue fotografiado desde un avión militar. Tiempo después, el 5 de junio de 1979, otra enorme cantidad de observadores vieron un enorme artefacto desconocido salir de las aguas del Atlántico dejando una enorme estela en forma de campana; las imágenes de aquel “no identificado” dieron la vuelta al mundo y hoy son un auténtico icono. Padrón fue uno de los principales divulgadores de estos sucesos. Sin poder siquiera imaginarlo, su fórmula acabaría exportándose fuera de las islas. Pero independientemente de su labor específica, fue un hombre de radio en todos los sentidos. Inauguró como director Antena 3 en Tenerife tras haber sido el conductor en los años setenta del programa “Atlántida” en Radio Nacional de España. Después inició una exitosa singladura a través del dial canario en emisoras de lustre como Radio Club Tenerife. Así mismo, desde 1989 fue el conductor de una página relacionada con el mundo de la paraciencia en el Diario de Avisos. Hasta muy pocas semanas antes de su muerte, Francisco Padrón siguió entregando fielmente en redacción su cuidado y sentido texto. Ni con la salud en sus horas bajas faltó a una cita a la que fue fiel durante más de quince años.
MAESTRO DE LOCUTORES Y PERIODISTAS

Al margen de su pasión periodística, Francisco Padrón fue profesor de locutores. Su voz rasgada, fundida a medio camino entre el acento canario y una pasión que parecía importada del otro lado del Atlántico, le convirtió en la referencia de muchas jóvenes promesas. Además, le sirvió también dedicarse –en sus últimos años con renovado interés– al mundo del teatro. Como todos los hombres inquietos, tuvo muchas profesiones. Actor fue una de ellas. Descubridor de promesas artísticas otra; a fin de cuentas, fue el primero en editar un disco de Los Sabandeños en los años sesenta, algo que muy poca gente sabe. O un apasionado conservacionista que asistió a cómo las islas se convertían en el principal destino turístico del país. Sin embargo, utilizó también el periodismo para reclamar que ello no supusiera la pérdida del inmenso caudal ecológico de su amada Tenerife.

Y es que en no pocas ocasiones dejó notar su rebeldía de forma firme. Para él –profundamente espiritual, aunque decía que serlo implicaba también una postura opuesta hacia lo establecido ejercida con inteligencia– la palabra se convirtió en su arma, por ejemplo, cuando durante los años noventa fue el máximo exponente de las investigaciones que un grupo de estudiosos canarios efectuó en las islas a propósito de la existencia de pirámides de origen guanche. Entonces, lo establecido como verídico –representado por una serie de estudiosos de la Universidad de La Laguna– encontró en él a su máximo oponente en colaboración con el también recientemente fallecido Emiliano Bethencourt. Tanto fue así que, finalmente, el origen histórico de las pirámides se impuso creándose el Parte Etnológico de Güimar, localidad canaria en las que se encuentran varias pirámides.

En sus últimos años, Francisco Padrón, además de relatar sus vivencias en un libro titulado Luces de Medianoche, mantuvo el mismo espíritu de siempre. En declaraciones a ENIGMAS decía que con este trabajo pretendía demostrar que quienes han vivido experiencias singulares “no están solos y mis nietos tengan información de lo que viví, pero también para que sean rebeldes ante las injusticias”. Sus investigaciones y experiencias en el mundo del fenómeno OVNI modelaron sus creencias. Para él, los “no identificados” se convirtieron en su guía de una búsqueda interior que le convenció de la existencia de un más allá que, en ocasiones, se entremezclaba con la vida terrenal. Llevó su enfermedad con exoticidad. No perdió su talante y sentido del humor hasta el final, hasta casi sus últimas horas. Hace apenas tres meses, declaraba en esta misma revista lo que entendía cómo muerte: “Vida, auténtica vida a otros niveles de más alta vibración. Ese es el verdadero destino del ser humano”. Don Paco Padrón, descanse en paz. Gracias por haber existido.

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