jueves, 24 de febrero de 2011

VILLEROS ILUSTRES,

EL 23 F. TREINTA ANIVERSARIO

ARTÍCULO DE: BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

En aquel año un servidor vivía en la ciudad onubense de Nervas, estaba destinado como profesor de Tecnología Administrativa en el Instituto de Formación Profesional Minas de Rio Tinto,  buscaba casa más barata que la que habitaba en Nerva, mis compañeros del Instituto me recomendaron a un Ingeniero de Minas Jefe de Las Minas que era de Las Palmas de Gran Canarias Honorio Quintana, hablando el tema en su domicilio me sorprendió el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, la verdad que lo pasé mal a igual que mi mujer Antonia María González de Chaves y Díaz que vivía conmigo y mi hijo mayor Juan Félix.
Honorio, amablemente me indicó que me fuera tranquilo a casa, si algo sucediera que le llamase que él se hacía cargo de todo. Tranquilamente marché a mi domicilio en Nerva, pero para llegar allí tenía que atravesar una atalaya de las canteras de las Minas, donde había una cabina telefónica y siempre paraba para hablar con mi madre que vivía en La Orotava. En ese momento mi tía Consuelo, mi segunda madre, que me atendió primeramente en el teléfono, me indicó que por la Villa todo era silencio y que tuviese cuidado. La verdad que cuando oí hablar al Rey de España por la televisión, me di cuenta que todo era un cachondeo y todo  llevaba su fin. Mientras en el Instituto al día siguiente se comentaba lo sucedido el día anterior, con transistores a ristre, en mi pueblo de Tenerife, La Orotava los amigos políticos me dijeron que llegaron a quemar sus carnet de militancias por si las moscas…
El golpe de estado del 23 de febrero de 1981 se encuentra estrechamente relacionado con los acontecimientos vividos durante la Transición Española. Cuatro elementos generan una tensión permanente, que el gobierno de UCD no va a lograr contener: los problemas derivados de la crisis económica, las dificultades para articular una nueva organización territorial del Estado, las acciones terroristas protagonizadas por ETA y la resistencia de ciertos sectores del ejército a aceptar un sistema democrático.
OPERACIÓN GALAXIA
Los primeros síntomas de malestar en el ejercito tienen lugar en abril de 1977, cuando con motivo de la legalización del PCE, el día 9 de ese mismo mes, Sábado Santo, dimite el almirante Pita de Veiga, ministro de marina y el Consejo Superior del Ejército emite una nota en la que manifiesta su disconformidad con dicha legalización, aunque la acate. En noviembre de 1978 tiene lugar la desarticulación de la Operación Galaxia, una intentona golpista, por la cual su principal responsable, Antonio Tejero, será condenado a siete meses de prisión.
CRISIS
Mientras crece la voluntad golpista en sectores del ejército y de la extrema derecha, el gobierno progresa en el inicio de la década hacia una profunda crisis, que durante 1980 se volverá cada vez más insostenible. Entre los principales acontecimientos destacan la dimisión del ministro de Cultura, Manuel Clavero el 15 de enero, la remodelación del gobierno el 3 de mayo, la moción de censura presentada contra Adolfo Suarez por parte del PSOE los días 28-30 de mayo, la dimisión el 22 de julio del Vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril Martorell, que produce una nueva remodelación en septiembre, y la elección en octubre de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón como portavoz del grupo parlamentario centrista, candidato alternativo al oficial (Santiago Rodríguez Miranda) promovido por Suárez.
DIMISIÓN DE SUÁREZ
La debilidad creciente de Suárez en el seno de su propio partido, propicia la presentación de su dimisión como presidente del Gobierno y de UCD el 29 de enero de 1981, en una intervención televisiva, tras la cual, los acontecimientos van a precipitarse. El 1 de febrero, el Colectivo “Almendro” publica en El Alcázar un artículo claramente golpista; del 2 al 4 de febrero, los Reyes viajan al País Vasco y visitan la Casa de Juntas de Guernica, donde los diputados de Herri Batasuna les reciben con un fuerte abucheo y varios incidentes, y el 6 de febrero aparece asesinado el ingeniero de la central nuclear de Lemóniz,  José María Ryan, secuestrado unos días antes, mientras se sigue sin noticias de otro industrial secuestrado, Luis Suñer.
En medio de este tenso clima, se ponen en marcha los procesos de sustitución de Suárez. Entre los días 6 y 9 de febrero tiene también lugar el II Congreso de UCD en Mallorca, donde el partido aparece descompuesto y es elegido como presidente Agustín Rodríguez Sahagún, y el día 10, Leopoldo Calvo Sotelo es nombrado candidato a presidente de Gobierno.
SESIÓN DE INVESTIDURA
En este enrarecido escenario, el día 18, Calvo Sotelo presentaba su gobierno, pero en la votación del día 20 no obtuvo la mayoría necesaria para la investidura, por lo que debía producirse una nueva votación el día 23, día que elegirían los golpistas para su tentativa de golpe de Estado. Una tentativa en la que iban a confluir las voluntades de un golpe duro, promovido por el capitán general Jaime Milans del Bosch y uno blando promovido por el general Alfonso Armada, en aquel momento hombre de confianza del Rey.
EL ASALTO AL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
En el golpe del día 23 coinciden las distintas tramas golpistas que operaban desde el inicio de la Transición, mediante una acción coordinada. A las seis en punto de la tarde empieza la votación nominal para la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como Presidente del Gobierno de España. A las 18:22 horas, cuando iba a emitir su voto el diputado socialista Manuel Núñez Encabo, se inicia la operación "Duque de Ahumada", en referencia al fundador de la Guardia Civil. Según el plan trazado, un grupo de guardias civiles, subfusil en mano, irrumpe en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó "¡Quieto todo el mundo!" (Sic) y dio orden de que todos se tirasen al suelo.
Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del gobierno, el teniente general Gutiérrez Mellado se levantó y, dirigiéndose al teniente coronel Tejero, increpó a los asaltantes, pidiendo explicaciones y ordenándoles que depusieran las armas. Tras un brevísimo forcejeo y para reafirmar su orden, Tejero efectúa un disparo que es seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Sin inmutarse, con los brazos en jarras, el anciano general soporta el sonido de las armas. Mientras la mayor parte de los diputados han obedecido las órdenes de Tejero, el diputado Carrillo y el presidente Suárez se mantienen sentados en sus escaños. Suárez incluso hace un gesto para ayudar a Gutiérrez Mellado. Durante el asalto, un ayudante de uno de los diputados sufrió un ataque de ansiedad y golpeó a un presente en la nariz.
GRABADO EN DIRECTO
Pedro Francisco Martín, operador de Televisión Española, grabó casi media hora del momento, aportando al mundo un documento audiovisual de valor incalculable sobre la tentativa de golpe de estado. Con la toma del Hemiciclo y el secuestro de los poderes ejecutivo y legislativo, se intentaba conseguir el llamado "vacío de poder", sobre el cual se pretendía generar un nuevo poder político. Más tarde, cinco de los diputados fueron separados del resto: el aún presidente del Gobierno, Adolfo Suárez González, el ministro de Defensa y presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, el líder de la oposición, el socialista Felipe González Márquez, el segundo en la lista del PSOE, Alfonso Guerra, y el líder del Partido Comunista de España Santiago Carrillo. Aquella noche es recordada como "la noche de los transistores", debido a que la Cadena SER siguió emitiendo y una buena parte de la población la pasó pegada a la radio siguiendo los acontecimientos.
INTERVENCIÓN TELEVISIVA DEL REY
A la una y catorce minutos de la madrugada del día 24 de febrero, el Rey intervino en televisión, vestido con uniforme de Capitán General de los Ejércitos para situarse contra los golpistas, defender la Constitución Española, llamar al orden a las Fuerzas Armadas en su calidad de Comandante en Jefe y desautorizar a Millans del Bosch. A partir de ese momento el golpe se da por fracasado. Millans de Bosch, aislado, canceló sus planes a las cinco de la mañana y fue arrestado, mientras que Tejero resistió hasta el mediodía del 24. Sin embargo, ya durante la mañana del día 24 fueron liberados los diputados.

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