sábado, 12 de febrero de 2011

ART. DE UN PORTUENSE,

HAY QUE REMOVER Y SEPARAR LOS GRANOS MALOS

ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros

Las voces vuelan, unas venidas de Venezuela y otras, las que se cocinan por estos cálidos lugares de nuestra tierra canaria. Voces que distorsionan la realidad existente en nuestra Octava Isla; o que la mala intención, si no, ignorancia de algunos, no les ilumina en el oscuro sentimiento de sus frustraciones y recelos.

Ninguno es peor que otros ni nadie un ejemplo de conciencia, cuando se quiere transmitir con elegancia y transparencia la verdad. Aunque, a veces, sea tremendamente triste la evidencia. De todo hay en la viña del Señor. Aquí, también, tenemos casos y cosas lamentables, que, en lo posible, tratamos de superar. Unos, contribuyendo  y respaldando el esfuerzo de aquellos que tienen la ineludible obligación moral de encausar por el mejor conducto los elementos disponibles de los honrados políticos. Donde los hubiera. Otros, no entorpeciendo y enturbiando el ambiente, de por sí, tantas veces viciado. Aportando soluciones sabias, para que lleguen a ser fructíferos los esfuerzos realizados para  poder resolver cada caso pendiente.

Venezuela necesita, urgentemente, antes que la misma comprensión y solidaridad, soluciones radicales, obviar los "pañitos calientes", que allá sobra el calor. Necesita realidades y las ayudas necesarias para sacarla del caos en que está sumida. No criticando su desgracia ni buscando culpable alguno -eterno defecto de ese querido país- que los hubo, pero eso es cosa aburrida del pasado. Ahora hay que trabajar desde todos los ángulos a favor del país hermano. La confusión habida en el presente, está generando "locura colectiva" y de ahí, que campeen a su aire, la delincuencia y el desorden público. Los Sindicatos laborales, aprovechando la crisis económica generalizada, desvían sus verdaderas  vocaciones sindicalistas hacia el caos, en no pocas ocasiones. El obrero necesita, igual que cualquier otro ciudadano, ser informado de sus derechos, pero también de sus obligaciones, en todos los lugares de la Nación. Y, cabe decir, que el Gobierno debiera ser más explícito, gastando parte de su precioso tiempo, en aclararles la mente y el espíritu, tranquilizar al pueblo en general. Y, para aquellos que quieran hacer oídos sordos, meterlos en vereda. Lo que no se puede permitir, es que cada cual quiera ir por su lado, anárquicamente, molestando a tantas gentes buenas que viven allí y no quieren ser víctimas del miedo constante. Que desean los dejen trabajar sin agobios ni temiendo ser engañados o agredidos. Pongámosle, entre todos, los de aquí y los de allá, rostro nuevo a ese pueblo que grita libertad y quiere vivir dentro del más estricto orden democrático.

El Gobierno del Sr. Chávez, pese a todo cuanto haya hecho en favor de Venezuela, aún le falta hacer mucho más. Ante todo, ser más justo con sus conciudadanos Rebajar su tensión autoritaria, que se dé cuenta también, del daño que le está haciendo a su pueblo, condenándolo a la esclavitud, a la pobreza y al hambre. Con su poder autoritario los está desconectando a todos, los suyos y a los demás, que todo no es oposición, lo sabemos. Existen las Fuerzas Armadas que religiosamente se deben al pueblo, como siempre ha sido. Pero sus fieles seguidores dentro de poco no valdrán ni una locha por cabeza, se va a ver solo.

Es evidente que se han descuidado los pequeñitos detalles, los que a veces, pasan desapercibidos por su aparente sutileza; y son muy importantes. El pueblo entero tiene que remover bien la paja antes de llevar el cereal al granero, buscar en el fondo del "asunto" la inmundicia de la colecta y barrer toda la miseria existente para que el dorado grano brille al recibir la luz vitalizad hora de la purificación.

Son los descuidos acostumbrados los que ocasionan las desesperadas situaciones, el querer y luego no poder… y el actual Gobierno de Venezuela acabará debilitándose, si ya no lo está, oponiéndose a todos los criterios internacionales respecto a los derechos humanos, a sus intransigencias y desvaríos al verdadero sentido de del concepto democrático de los demás Gobiernos bien vistos. No se puede “gobernar” insultando y amenazando a todo aquel que se le acerque para diplomáticamente comunicarle algún parecer distinto al suyo o quieran ayudarle pacíficamente a resolver problemas pendientes. Y lo vuelvo a repetir…Sus fieles seguidores, dentro de muy poco, no valdrán ni una locha por cabeza, se va a ver solo, muy solo.

¡Cuántos años perdidos y qué triste el deterioro que ha sufrido nuestra querida Venezuela! No es necesario ser un experto para llegar a entenderlo, pero si, para rectificar los errores cometidos y tratar de enmendarlos. Las malas amistades nunca fueron recomendables; y como dice el sabio: “¡quién mal anda, mal acaba!”

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