jueves, 21 de abril de 2011

ARCHPIÉLAGO GULAG,

ATEOS
ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara
Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, en el libro “Jesús de Nazaret”, página 126, deja escrito: “Si la certeza de la fe se basara únicamente en una comprobación histórica y científica, sería continuamente revisable”.
Un centenar de personas querían manifestarse para declarar que Dios no existe. Querían, el Jueves Santo, enseñar al mundo que la religión (la católica) es una farsa, un cuento chino, un invento para que unos pocos vivan muy bien y mantengan aborregados a millones de seres humanos.
Ellos no creen en Dios. No necesitan a Dios para ser felices, listos, competitivos, modernos y socialmente avanzados. Querían insultar. Destronar. Pasar a la historia. Al final imperó la cordura. Los ateos se quedan sin manifestación y el Jueves Santo se respeta.
El amigo granadino del que firma esta opinión una vez me confesó que era ateo. En la boda de su hermana me lo dijo. Muy bajito. A pocos metros del altar. Entonces le pregunté en qué creía. Me respondió que en Jesús. El Crucificado. Terminé la conversación diciéndole”. “En verdad te digo que no estás lejos del reino de los cielos”. Y se echó a reír.
Los ateos, los que no quieren protagonizar payasadas y convertir el país en una nueva trinchera, también se encuentran a la vera de Dios. ¿Por qué? Porque Dios no necesita de sermones, de plegarias. Dios quiere gente buena, personas transparentes, sencillas, humildes, laboriosas. Procesionar (palabra jodidamente artificial) no lleva los cielos, no sube a los altares. El ateo, (hablo de mi amigo), después de terminada la carrera de medicina, se empeñó en colaborar de manera activa con una de esas organizaciones no progubernamentales que echan un mano, y las dos, en ayudar a las personas del mundo más pobre. Dios está con él en esa labor.
La Constitución española consagra el derecho a la libertad religiosa: “1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley”.
Ni que decir tiene que si esos ateos quieren manifestarse después de la Semana Santa, tienen perfecto derecho a hacerlo. El humilde escribano apoyará esa manifestación.
El mal está en que se ha puesto de moda, y se premia con votos, insultar al Dios de los cristianos. No al Dios de los otros. Machacar la cultura judeocristiana es lo que mola, ¿por qué?, a lo mejor porque el cristiano y el judío aceptan el juego democrático; a lo mejor porque es más sencillo y menos peligroso, mucho menos peligroso, subirse a la Cruz para escupir el rostro de Jesús.
No pensemos que los ateos que querían manifestarse el Jueves Santo se atreverían a hacerlo en un país árabe. No, ellos se manifiestan en un país libre, tolerante y democrático. Ah, que me olvidaba, también con una mayoría de católicos, practicantes o no, pero católicos. No son valientes, son cobardes.

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