sábado, 9 de abril de 2011

ART. DE UN PORTUENSE,

YO DIGO LO QUE DICE LA CALLE MÁS O MENOS…

ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros

Un inciso, por favor

Dejen de pelearse tanto. Habiendo tantas cosas importantes por que luchar, ¿cómo pierden el tiempo tan despiadadamente defendiendo sus propios intereses, los personales, antes que cumplir con sus verdaderas? obligaciones, que no es otra cosa que defender los intereses y necesidades de todos aquellos que les dieron sus votos pensando que eran las personas idóneas y capaces de sacarnos del atolladero en que estamos inmersos… No busquemos culpables, ahora sólo resta trabajar en aquello para lo cual fueron elegidos democráticamente. Demostrarnos que no nos equivocamos al ir a las urnas, ya que aún hay tiempo para hacer algo positivo… Que aún hay mucho por hacer y ese poco tiempo que nos queda apremia. Y, por favor, no vayan a justificarse aduciendo que ha sido por culpa de la crisis, que no se ha hecho más... Eso por decir algo.

Todavía hay políticos censurables que piensan repetir. Como si esto del destino de los pueblos y sus gentes fuera un juego de azar, donde todo es posible y hasta permitido entre cambalaches y trampas para garantizar posibles ventajas. Así y en nuestro democrático país, la política que impera es esa. Suerte que todas no son iguales.

A pesar de los pesares, seguimos siendo confiados, obviamente, tenemos la esperanza de hallar una respuesta satisfactoria que nos lleguen a devolver aquella bonanza económica y social; que volvamos a ser lo que fuimos (o nos acerquemos a ello) y hallemos trabajo para nuestras gentes sin necesidad de caer en la desgracia de peores tiempos y sin solución alguna. Sería sin saber a dónde ir para poder vivir dignamente y al precio que fuera.

Sabemos que todos los países sufren esta endiablada crisis, pero ojo, todos están luchando para salir de ella y hay quienes  van levantando cabeza. Claro, se supone que son gentes que saben lo que hacen, que no pierden el tiempo en mamarrachadas y se han propuesto vencer cuantas dificultades les vayan apareciendo. Nosotros no, a recortar y a estrangular a los posibles inversores, al capital privado que quiere generar trabajo, espantarlos es la palabra, para que se vayan o otros lugares más prometedores. Luego la complicidad con la Banca y los grandes monopolios… La pequeña y mediana empresa está ahogada. La juventud  desilusionada, perdiendo aceleradamente su incentivo, los Bancos quedándose con sus pertenencias al no poder hacer frente a sus deudas hipotecarias…Y no hay quien ponga remedio a tremendas locuras. ¡Qué desengaños nos hemos llevado!
Repito, eso dicen las gentes de la calle. ¡Y cuánta razón hay en ello

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