martes, 14 de diciembre de 2010

ACTUALIDAD,

EXCELENTE ENTREVISTA DEL AÑO 2007 A SU SANTIDAD EL DALAI LAMA ACERCA DE LA GLOBALIZACION, EL COMUNISMO Y EL SOCIALISMO ENTRE OTROS DE ACTUALIDAD.

EXCELENTE ENTREVISTA DEL AÑO 2007 A SU SANTIDAD EL DALAI LAMA ACERCA DE LA GLOBALIZACION, EL COMUNISMO Y EL SOCIALISMO ENTRE OTROS DE ACTUALIDAD.
Su Santidad el Dalai en la Fundación Casa del Tibet (Barcelona, 2007).
Para llegar al Dalai Lama hay que hacer un largo e inseguro viaje. El líder religioso y Jefe de Estado del Tíbet vive en el exilio, a los pies de los Himalayas, a dos horas en avión al norte de Nueva Delhi. Allí en Dharamshala, su residencia se encuentra en una idílica colina, justo al lado de un templo budista. Los que quieren llegar a él, debe pasar por estrictos controles llevados a cabo por tanto por los guardias de seguridad indios como por los tibetanos. Incluso los dedos desnudos son revisados.

Los temores sobre Su Santidad son muy grandes. Por un lado, los más de 50 años de lucha no violenta por la autonomía de los tibetanos, ha convertido al ganador del Premio Nobel de la Paz, en una superestrella internacional. Por otra parte, los chinos lo han visto como su archienemigo desde 1959.

Pero desde hace años el monje ha cambiado su centro de atención, de sólo la cuestión tibetana y la lucha contra la violencia, y se ha involucrado en cuestiones de la economía mundial y el desafío de cómo se puede distribuir la riqueza de manera más justa. Poco antes de su viaje a Alemania a finales de julio, el Dalai Lama advierte no sólo contra la codicia, pero también en contra de tener demasiada fe en el estado.

WELT ONLINE: Su Santidad, para los tibetanos usted es un rey divino y tiene muchos seguidores en el mundo occidental que lo idolatran. ¿Tiene alguna debilidad?

Dalai Lama: (risas) Sí, soy vago. Por supuesto, me despierto todas las mañanas a las 3:30 horas y hago algunos ejercicios, medito, como mi desayuno y medito de nuevo. Esto dura entre cuatro a cinco horas. En el sentido espiritual no soy perezoso. Pero cuando me siento en un avión siempre veo a la gente leyendo, escribiendo o trabajando en sus computadoras, elaborando presentaciones. Yo nunca hago eso – no hay tareas, no hay preparaciones. Estos son los signos de mi pereza.

¿Y eso le molesta?

No, porque cuando me preparo muy intensamente para algo, siempre siento que es muy falso. Me siento mucho mejor cuando soy espontáneo, ya que sale del corazón.

¿Se imagina cuánto tiempo dediqué para preparar esta entrevista?

(Ríe de nuevo): Usted es alemán, así que todo tiene que ser preciso. Además, sus preguntas tienen que ser interesantes.  Si tuviera que ser yo el de hace las preguntas, me prepararía también. Pero sólo hay que responder a sus preguntas, y si no sé la respuesta, me limitaré a decírselo.

Bueno, ¿cómo vamos a resolver la crisis financiera en el corto plazo?

Vea, esta es una de esas preguntas – no lo sé. Los políticos tienen que decidir esto. No soy experto en lo que respecta a la solución de una grave crisis. Lo mismo ocurre con la violencia y el terrorismo. En el corto plazo los gobiernos tienen que actuar para evitar poner en peligro a sus ciudadanos, que es lo correcto. Pero con todas las acciones a corto plazo que estamos tomando, no deberíamos olvidar las causas profundas del problema.

¿Cuál es, en su opinión, la causa de la crisis financiera?
La codicia y los juegos de azar. Muchas personas y empresas que sólo tienen un objetivo: dinero, dinero y más dinero. La codicia es correcta cuando se permita que otros se beneficien de ella, pero la avaricia para uno mismo es malo, te hace daño. La ambición egoísta de siempre querer ganar más dinero, perjudica a la empresa y al individuo mismo. Esa es la mayor debilidad de muchos administradores – la crisis financiera ha demostrado esto.

¿Por lo tanto, es correcto que alguien gane mucho, siempre que comparta?

La riqueza no es necesariamente una mala cosa cuando se ha obtenido de manera honesta y cuando otras personas, ni el medio ambiente han sufrido por esto. Como budistas reconocemos que la riqueza es un requisito básico para una vida feliz. Sin embargo, un billonario también sólo tiene diez dedos. Que caben tres o cuatro anillos en cada dedo de la mano, pero que se vería raro. La satisfacción que muchos millonarios tienen en sus cabezas acerca de no compartir su riqueza es ficticia y no es real. Las personas ricas deberían ayudar a reducir la pobreza.

Algunos gerentes ganan 10, 20 o incluso 30 millones de euros al año. ¿Usted realmente no tiene problema con esto?

Al igual que en la industria de la música o el deporte, siempre hay excepciones. Pueden ganar tanto como quieran, siempre y cuando sean transparentes y expliquen por qué ganan tanto dinero. Por desgracia hay muy pocas de esas personas. Sin embargo, es inaceptable que un jefe ejecutivo siga aumentando su riqueza, mientras que la compañía se desliza hacia la quiebra, los accionistas pierden sus ahorros y los trabajadores pierden su empleo o no ganan lo suficiente para permitir un digno nivel de vida.

Supongamos que un director ejecutivo descubre que puede desarrollar un software en la India por una décima parte del precio que costaría en Alemania. Para ello, debe recortar 1.000 puestos de trabajo en Alemania y crear otros nuevos en la India. Los propietarios de la empresa le están presionando para hacer esto. ¿Qué debe hacer el gerente?

El gerente debe considerar la situación desde todos los ángulos posibles – de los accionistas, los empleados, los clientes y la sociedad. Sí, incluso la sociedad global. Un buen administrador debe tener una imagen clara del problema. Esto suena obvio, pero no ocurre a menudo. La mayoría de las veces se trata de maximizar los beneficios.

Las empresas no pueden sobrevivir sin ganancias.

Sí, pero las empresas son organismos vivos complejos y no máquinas de ganancias. Las ganancias, por lo tanto, no deberían ser objeto de una empresa, sino más bien un resultado del buen trabajo. Al igual que una persona no puede sobrevivir por mucho tiempo sin comida y agua, una empresa no puede sobrevivir sin ganancias. Aunque nunca reduciría el propósito de un ser humano a esto, comer y beber como los únicos requisitos indispensables para tener una vida significativa.

¿Cómo se siente usted acerca de las empresas occidentales que invierten en países de bajo costo? ¿Es esa explotación, que se ayuda a la economía nacional de estos países para cerrar la brecha con los países industrializados?

Depende de los incentivos del inversor. No creo que muchas de las empresas que invierten en  negocios indios o chinos estén realmente interesados en el bienestar de las personas en la India y en la China.  Muy a menudo el interés radica en la explotación de la mano de obra barata, con lo cual estoy en desacuerdo. Sin embargo, si una empresa tiene una responsabilidad moral para mejorar la calidad de vida y para ayudar a China en su conjunto, entonces es bueno sacar provecho de la mano de obra barata. Los negocios globales pueden ayudar a China a ser más democrática, ayudar a alcanzar un sistema jurídico independiente y ayudar a garantizar una libertad de prensa.

Con su argumento, usted no va a hacer muchos amigos entre las personas en contra de la globalización.

Esencialmente soy un defensor de la globalización. En el pasado las sociedades y los países podrían aislarse del resto del mundo, pero hoy en día esto se ha convertido en algo imposible. Cuando buscamos organizaciones que tengan la capacidad y la habilidad para mejorar nuestro mundo, las compañías globales se encuentran a la cabeza de la lista. En particular, las empresas globalmente integradas están en una posición ideal para apoyar a los países en desarrollo a cerrar la brecha para llegar a ser economías nacionales importantes.

¿Tiene simpatía por la anti-globalización?

La tengo cuando ellos recuerdan a  los dirigentes y a las empresas que se trata de algo más que de las ganancias. Al mismo tiempo, la creciente oposición a la globalización depende de nuestra renuencia a aceptar el principio de que todo es perecedero: Lo que significa, el hecho de que todo está sujeto al cambio permanente. Para los budistas esta es una de las piezas básicas de la sabiduría que uno debe aceptar.

Estas actitudes liberales no encajan realmente a alguien que una vez que se llamaba a sí mismo un monje marxista. ¿Aún se ve como uno?

Sí, sigo creyendo que soy un monje marxista. No veo aquí una contradicción. En la teoría marxista el foco está en la justa distribución de la riqueza. Desde una perspectiva moral, se trata de una reivindicación correcta. El capitalismo, por otro lado, los valores de la adquisición de la riqueza – la asignación de ésta no importa en principio. En el peor de los casos los ricos se hacen más ricos mientras que los pobres se hacen más pobres.

¿Por qué entonces usted está tan en contra del comunismo y del socialismo?

¿El comunismo? ¿Qué es el comunismo? ¿ Es China un país comunista? (Se ríe en voz alta). Estoy confundido. Los comunistas chinos son comunistas sin ideología comunista. Pero si usted se refiere al socialismo, de la manera que existió al principio en el Bloque del Este y ahora en Corea del Norte y Cuba, creo que va en contra de la naturaleza humana, destruye la creatividad. No es suficiente que las personas tengan lo suficiente para comer, ropa y un techo sobre sus cabezas. Necesitamos autoactualizarnos. Buda alientó a los empresarios a tener éxito a través de la fiabilidad y a las habilidades en ventas. Aquellos que tienen éxito pueden ayudar a otros.

Sin embargo, usted fue por largo tiempo un admirador de Mao Zedong. ¿Cómo pudo estar tan equivocado?

Sigo convencido de que Mao Zedong fue un marxista, que querían ayudar a los trabajadores y los agricultores, en sus primeros años hasta mediados del decenio de 1950. A mediados de los años 1950 pasé seis meses en Beijing y otros cuatro meses en muchas otras partes de China. Los líderes del partido, me parecieron realmente dedicados a su causa.

¿Qué le impresionó de Mao?

Él siempre parecía un agricultor – con su ropa vieja y arruinada. Y cuando hablaba, lo hacía muy lentamente, porque cada palabra tenía una importancia. Nunca hacía rodeos, nunca decía sutilezas, él siempre fue directamente al grano. Todos los miembros de su partido que conocí en ese entonces eran así, me impresionaron.

¿En qué falló Mao, en su opinión?

Mao dijo una vez que el partido comunista debía soportar la crítica, y que la auto-crítica era muy importante. Sin críticas cada sistema de poder es como un pez sin agua. Pero entonces, en 1957, de repente todos los funcionarios del partido que se atrevieron a criticar fueron eliminados. Ese fue el final del maoísmo. El sistema falló por su propia arrogancia y por una falta de auto-disciplina. La abolición de la propiedad privada condujo a que muchas pertenencias terminaran en manos de un estado, que se las entregó a un partido de elite que ejerció un reinado autoritario – como los aristócratas del pasado.

¿Para usted qué papel tiene que desempeñar el Estado en la economía?

Esa es una pregunta muy difícil. No creo que la igualdad puede ser establecida a nivel nacional. Las naciones pueden causar mucho daño. Esta es la razón por la que lanzo una advertencia acerca de esperar demasiado de los gobiernos cuando se trata de la redistribución o la regulación de los mercados financieros. La gente siempre encontrará formas en torno a las normas y a las leyes – incluso si son las mejores normas o leyes. ¿O usted cree que fue la falta de reglamentos los que dieron lugar a esta crisis financiera? Las normas en los Estados Unidos eran buenas, pero la acción responsable exige más allá de un acatamiento de la ley.

Traducido al inglés por Carolin Wittek.

Traducido al español por Lorena Wong.

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