ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano
Hay un dicho en La Pampa, que reza así: “Si tienes que amarrar tu caballo, es que no es tuyo”. Estoy convencido de que prácticamente nadie en este país, quiere vivir al margen de una fiscalidad, justa y razonable. Si se sumerge la economía, si se defrauda al fisco, es sencilla y llanamente porque es confiscatorio e irreal para nuestras posibilidades. Por otra parte el Emperador Adriano dejo escrito en sus memorias que “toda Ley que se incumple reiterada y continuamente debe de ser mala por naturaleza”. Ocurre que si los ciudadanos viésemos que el aparato elefantiásico del Estado Central y Autonómico, Municipal, Diputacional o Cabildeño, e incluso el Europeo, disminuyera a menos de cuarto y mitad, con toda seguridad, sería más fácilmente aceptado el instruirnos en materias de solidaridad Fiscal. Para eso es necesario una educación y sobre todo un ejemplo.
Un rigurosidad, una escrupulosidad excepcional con el dinero que es de todos – no de nadie-, y una justicia y reciprocidad en los derechos de los contribuyentes y del Estado prestador de servicios. Nos declararan en Estado de Alarma para obligarnos a vaciar los bolsillos, al tiempo amigos. Porque antes de irse, todo.
En este año, un Alcalde de una de las Capitales canarias ha subido el IBI en un 30%. El año pasado otro en una capital continental mayor, aplico una tasa de basura, que estaba al parecer incluida desde tiempos inmemoriales, amén de subir de paso tremendamente el Ibi igualmente. Qué decir de los impuestos de la gasolina, de los de “lujo” para utilitarios, de los de transmisiones altamente disuasorios de las compras inmobiliarias, de los de incremento de valores- ¿que incrementa ahora?- y decenas de tasas, normativas y obligaciones imposibles desde todo punto de vista de cumplirse. Además con 17 legislaciones mas la central, distintas, con un Plan General Contable para una comunidad intergaláctica, no para un país tirando a panderetero a donde nos han devuelto estos sin cerebro que nos manejan a su antojo, con lo más iletrado de todos los experimentadores sociales ilusos del mundo mundial, vamos, ni atisbos de poder sobrevivir.
Pues nada, ni flores. Ellos se quedan pero para poder quedarse, crean una brigada especial, otra más, antifraude, para recaudar lo que al parecer dejamos de pagar, para comer, en la mayoría de los casos. Si en otros no lo son, creo que hay suficiente material humano inspector para corregir a los desalmados. Pero perdigoneando a los ciudadanos para coger a un defraudador mientras, se arruina a cientos de probos minúsculos empresarios o contribuyentes, es como pescar con dinamita. Ellos a lo suyo y mañana ya veremos a quien asaltamos, deben de pensar.
Total, no decimos ni media.
A reflexionar.
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