lunes, 13 de diciembre de 2010

TURISMO Y OTROS,

REMESAS  de Inmigrantes                                                              
ARTÍCULO DE: Lorenzo Soriano
Los que ya peinamos canas y estudiábamos economía, nos sorprendía que España, en los años 60-70, equilibraba la balanza exterior con una sorprendente partida. Las remesas de los emigrantes. Claro que perdimos a lo mejor y más esforzado de nuestra juventud que emigro a  enriquecer a otros lugares intentando ellos hacerlo asimismo, como la Famosa “mano invisible” de Smith. España, según mi opinión, ha fallado en la expulsión de los Judíos, en la política extremista de Felipe II, en la expulsión de los Jesuitas y en Los Borbones (lo que puede ser, esto último, una redundancia). Nos alejamos de Europa y nos encerramos en nuestro egocentrismo mono lingüista o de dialectos elevados a idiomas por nacionalismos extremistas, siempre al quiete de separar, no de unir, las peculiaridades y la riqueza cultural e intelectual, impidiendo que fraguase La Nación “uniuscuyusque”- de todos y cada uno, de los españoles.
Pues sí, recibíamos más  divisas, de fuera, por lo que nos enviaban nuestros abuelos, padres, esposos e hijos, que emigraban, que de lo que exportábamos. Amén de que estábamos en el proteccionismo férreo, que tanto benefició a algunas provincias, admítanlo ahora con gallardía, o niéguenlo con cicatería, y eso se paga también. Ellos se esforzaron, vivieron como emigrantes y mandaban a “casa” su dinerito con intermediarios malditos que les chupaban cierta sangre, pero conseguían que aquí, a los que dejaban vivieran un poco o mucho mejor.
Andando el tiempo, dejamos de exportar ese bien preciado de capital humano y pasamos a recibirlo. Parecía que las tornas habían cambiado y que ahora eran otros los que venían y enviaban a sus países las remesas que ganaban entre nosotros, mayormente en trabajos que nosotros ya no queríamos hacer, pero que nuestros abuelos y padres hicieron con gusto por nosotros.
Pero no hemos sabido aprovechar el viento a favor, la corriente de empuje, la empopada marinera, la suerte sin carestía, en paz y con cierta felicidad. Lo hemos malgastado todo, en coches caros, en casas carísimas que no podíamos pagar, en viajes, en ocio y en chucherías, en vez de prepararnos, de estudiar, de cambiar el sistema, de especializarnos en tecnologías, de elevar la productividad, de anular el absentismo, de adorar el trabajar, de querer con firme voluntad y seriedad “hacernos ricos”, no ser ricos. La diferencia es grande. Hacerse cuesta años de sacrificios, de preparación y de problemas y no está garantizado el resultado.    Ser ricos, no es nada, ya que el dinero va y viene, pero si no sabemos cómo se gana, para nada sirve y encima no da orgullo del trabajo bien hecho y por ende la recompensa o resultado.
Así pues, volvemos atrás (porco governo), a ser quienes tengamos que emigrar a ganar dinero fuera para sostener a nuestras familias y de paso a mucho “mangante” indocumentado pero bien situado en el escalafón político. ¿Mandaremos a nuestros hijos o iremos nosotros a realizar fuera labores que desechábamos hacer aquí, para mantener a los apesebrados de la casta malhadada? No creo que seamos tan imbéciles, algo estúpidos si somos por mantenerlos, pero ya lo otro seria porque nos lo merecemos.              Esto como ven ya es Cuba, pues se militariza a ciudadanos y se les aplican leyes que ni el General cuyo recuerdo atormenta a los aplicadores, se atrevió en las últimas décadas de su obligatorio mandato. Ellos con tal de seguir cobrando sus canonjías y blindándose, son capaces de cosas terribles. Ya verán.                                                            
A reflexionar.

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