sábado, 23 de octubre de 2010

LOS REALEJOS AL DÍA,

VIVIR DEL CUENTO NO ES RENTABLE

ARTÍCULO DE: Esteban Domínguez

Hay quienes se ganan el pan, muy suavemente. Otros sudan la gota gorga, y muchos más buscan donde ganárselo y no encuentran.
Tenía razón el premio Planeta español Camilo José Cela. Con un par de huevos bien puestos había que hacerle frente a las dificultades, y cuando tenía que dar un estampido sobre la mesa, lo hacía y se quedaba tan pancho. Gracias que su compañera María José Castaño creo que así se llamaba, intentaba bajarle sus sumos al bueno de Don Camilo, pero a la hora de hablar el hombre nunca se mordió la lengua.
Hoy en España y en Canarias más concretamente, hacen falta muchos como don Camilo José Cela para que le hable al oído al presidente del gobierno canario y de paso a nuestro alcalde realejero don Oswaldo Amaro Luis, mimoso y caprichoso.
Posiblemente le enseñaría a cumplir en primer lugar, con su palabra, porque a un pueblo no se le debe de mentir. Y en segundo lugar a decirle que cada cual debe de cumplir con sus obligaciones porque hay gente que vagamente se está ganando un gran sueldo mientras otros pasan hambre.
Los que ganan sustanciosos sueldos son los menos que trabajan, pero pobres de aquellos que tienen que sudar la gota gorda para que no les falten los garbanzos.
Las injusticias están a la orden del día, y las palabras del escritor, creo que han caído en saco roto.
Por eso, en estos momentos tan duros por los que estamos padeciendo los canarios, echamos de menos muchas cosas pronunciadas por don Camilo.
Aquel hombre alto, ya con muchos años a su espalda, paseaba un día por las calles de pueblo de esta isla, en una visita improvisada y sin que nadie se diera cuenta, ni si quiera los medios de comunicación. Posiblemente, el hombre no quería hacer ruido, y pasó desapercibido. Dos días estuvo llenando su tintero. La conclusión final es que se marchó sin que nadie se diera por enterado, pues algo buscaba y quizás lo encontró. Lo cierto es que nunca tuvo reparos ni inconvenientes cuando tenía que decir una cosa.
Ahora, cuando España está patas arriba por culpa de los políticos, echamos de menos al bueno de don Camilo y aquella grase suya: “Vivir del cuento no es rentable”

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