martes, 30 de noviembre de 2010

DESDE EL MUELLE,

DOMINGO 28 DE NOVIEMBRE DE 2010
ARTÍCULO DE: Agustín Armas Hernández

PROFETAS Y PROFECÍAS (Y 2) Reenvié a un colega uno de esos reportajes que ahora, con tanta frecuencia, te mandan los amigos y conocidos por medio del correo electrónico. Se lo remití porque me pareció importante o, al menos, interesante. Por la misma vía me responde lo siguiente: ¡déjate de esas cosas, lo tuyo es escribir!. ¡Escribe!. Y, continúa mi receptor aconsejándome: ¡olvídate del pasado, dedícate a redactar el presente y el futuro!. Seguro que no le gustó mi artículo anterior sobre el mismo tema, “Profetas y Profecías (1),” que yo había escrito hacía algunos años y que, después de un lapsus de tiempo he vuelto a traer a este medio de comunicación porque es este el momento cuando se puede contrastar, si se ha cumplido o no, el vaticinio anunciado. No cayó en la cuenta que, al decir esto último, me convertía en futurólogo o profeta. Pues ni lo uno ni lo otro, porque no lo soy, ni lo merezco, por pecador. Esa gracia de Dios está reservada para sus elegidos los profetas. Yo solo me limito a hacer de transmisor de los relatos de alguien que sí tenía ese don de profetizar. Acudía a su casa con frecuencia, así como también muchas otras personas, para recibir orientación espiritual y para oír lo que decía sobre los tiempos venideros y sus avatares. Se trata del sacerdote y parapsicólogo agustino R. P. Antidio Viña Hernández. Su austera forma de vivir y su espiritualidad fueron conocidas en el Valle de la Orotava. Hace 18 años que Antidio Viñas nos dejó para partir al encuentro del Señor. Encontró su descanso, concretamente, el 3 de Junio de 1992, a los 71 años de edad. Sus restos reposan, junto al de otros hermanos agustinos, en el Cementerio de San Carlos de Puerto de la Cruz. Vivió sus últimos años en completo retiro y oración aunque ello no era óbice para recibir a cuantas personas quisieran consultarle sobre temas espirituales, o de cualquier otra índole. Habitó, esos últimos años, en una desvencijada, aunque habitable, casita en lo alto de La Orotava (Barrio de San Juan).
Sé que a muchos no les va a gustar lo que voy a contar a continuación, sobre todo a los increyentes o enemigos de la Iglesia Católica. Lo relato porque no solamente se me dijo a mí, sino también a muchas otras personas que lo conocieron y que, como yo, iban a visitarlo con asiduidad. Veámoslo y ustedes juzguen: “Cambiarán las estaciones, se licuarán los polos (Norte y Sur), se accidentarán aviones y trenes. Zozobrarán muchas embarcaciones, grandes y pequeñas. Terremotos y volcanes serán frecuentes, causando mucho daño. El sistema monetario capitalista cambiará. Los pueblos se enfrentarán en polémica dialéctica e incluso con guerras de difícil solución, ...”
Decía en mi artículo anterior, publicado en este medio, aludiendo al profeta Amós, como Dios predice con antelación suficiente los grandes sucesos mundiales: “Nada hace el Señor sin revelar sus secretos a sus siervos los profetas (Amós lll, 7)”. Y como Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad, se arrepiente de las amenazas, (Joel 2, 12-18)”.
Vamos ahora con el otro artículo anunciado, y que fuera publicado hace años, concretamente, el domingo 7 de enero de 1990 en el rotativo “El Día”.Llevaba por título, como quedó dicho: “SE HUNDEN LAS IDIOLOGÍAS”.
Este escrito no difiere mucho del anterior, aunque sí en algunos aspectos, como por ejemplo, en las profecías que se han cumplido y en las que, todavía no, afortunadamente. Seguro que Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en piedad, se ha conmovido por nuestros ruegos, dándonos tiempo para el arrepentimiento. ¡Que así sea!
Según los mismos marxistas reconocen, el comunismo histórico está en las últimas. Se admiran de los cambios inesperados, pero ya estaban anunciados de antemano. Para entender eventos mundiales conviene acudir a videntes y profetas mejor que a politólogos. Como siempre, yo lo hice con mi mentor, quien observa todo desde muy alto. Y esto saqué en conclusión:
Dios predice con antelación suficiente los grandes sucesos mundiales; así nos lo enseña el profeta Amós: “Nada hace el Señor sin revelar sus secretos a sus ciervos los profetas, (Amós III, 7).
Nostradamus (1503-1566) el gran vidente judío-católico de Francia predijo que la revolución dudaría setenta y tres años (Carta a Enrique rey segundo).
En la Profecía de Juan XXIII se dice que el libro rojo triunfará durante setenta años en la cuarta parte de la humanidad. Tenemos dos cifras aproximadas: 70 y 73 al cumplirse los setenta (1917-1987) comenzó la Perestroika. Para el año próximo a los setenta y tres, veremos la trasformación total de naciones y partidos comunistas.
Las religiones siguen firmes, aún después de las persecuciones; pero las Instituciones Humanas aparecen y desaparecen con el rodar de los tiempos.
No olvidemos que según las profecías, también el capitalismo desaparecerá en breve, y con el monarca mundial llegará la época de paz, amor y justicia. Todo antes del dos mil, según anuncia la Virgen de Fátima (1917). Vean como yo preveo esa época maravillosa:
Tras la corrección del cielo
Nos vendrán tiempos mejores
Y se regularán de nuevo
Las alteradas estaciones.
Los campos germinarán
Con fecundidad grande;
Darán mucho trigo y frutas
Con que se saciará el hambre.
La pesca de Pedro se repetirá
Y llena de peces la barca vendrá
A puerto seguro y en calma total,
Las primaveras radiantes volverán
Y el perfume de las flores
De placer nos embriagarán.
Todos los ancianos respetados
Y también moralidad a carta cabal,
Será la Tierra un paraíso espiritual.
Las armas colgadas en los armarios
Ya no tendremos más guerras,
Sólo amor-justicia y paz.

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