lunes, 27 de diciembre de 2010

ARCHPIÉLAGO GULAG,

MEJOR CERRAR, ¿NO?

ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara

Las dos siglas de la reconciliación (jajaja) enseguida dijeron sí. El discurso del rey (con minúscula, coño) era la prolongación de la opinión de los motores de esos dos partidos. La voz del monarca se oyó fuerte, demostrando que la jubilación, en apariencia, queda lejos. Como lejos está la llegada de Rajoy a La Moncloa, y lejos, aún más lejos, la salida de esa casita de un Zapatero adalid de los neoliberales.

La Navidad convierte la mentira en un regalo. Mentir bajo los copos de nieve nos hace más guapos. Mejores. España necesita de un político que sepa mentir. Zapatero miente muy mal. Rajoy no sabe mentir, y eso en política es un certificado de fracaso personal y colectivo. Pobrecito. La izquierda es en sí misma una sucesión de mentiras. La derecha no existe. Seamos claros: ni siquiera está enterrada en el Valle de los Caídos. Solo la monarquía es capaz de aguantar con rigor y buena cara. Mentir es hereditario, se lleva en la sangre.

Después de las palabritas, a los pocos minutos salió una socialista careando que esas palabras son las suyas, las nuestras, la de todos nosotros. Futuros votantes, ojito. Y careando también apareció el vocero de Génova repitiendo que sí, que sí, que ellos ya lo venían diciendo desde el primer amanecer. Profetas.

La crisis económica y no sé cuantas cosas más, hace que duelan los huevos. Andamos encorvados. Salivando palabras al suelo. Los ojos aburridos, las orejas sucias, la cabeza vacía (nada nuevo) y el alma en retirada. Y todas las mañanas comprando periódicos para acabar con las manos sucias, el cuerpo cansado, las caricias perdidas. Menos mal que cierra CNN+. En un país viciado, estos muertos no necesitan intersticios por donde respirar. Todo en minúscula, coño.

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