viernes, 29 de abril de 2011

ARCHPIÉLAGO GULAG,

DERECHA PORTUENSE QUE SE EQUIVOCA
ARTÍCULO DE: Lorenzo de Ara
A veces la derecha prefiere vivir arrodillada. ¿Me equivoco? Por ejemplo, en Puerto de la Cruz esa derecha deja pasar oportunidades y regurgita vaguedades en el agujero donde se pierde y parasita. Cuando hablo de derecha política me estoy refiriendo a ese partido que hoy lidera –gracias a un dedo- el temido Mariano Rajoy. En Puerto de la Cruz la derecha popular vuelve a evidenciar que prefiere el intersticio para vivir cómodamente en el Ayuntamiento.
Los simpatizantes del Partido Popular deben sentirse engañados una vez más. A lo mejor sentirse engañados en demasiado fuerte. Pero esos simpatizantes de la gaviota política saben que se ha podido hacer mucho más y mejor. “Otra oportunidad que se tira por la borda”, pensarán.  Otros cuatro años a la sombra de los que de verdad mandan y se han educado para ejercer el poder. Los populares se han acostumbrado a implorar concejalías y trocitos agridulces del pastel municipal. Con un mordisco se conforman. Y eso no es bueno, no puede ser bueno. Pero los mediocres, de haberlos, siempre están dispuestos a dejarse abrazar por los que de verdad maniobran con los hilos del destino. Los mediocres, a veces travestidos de hombres con palabra, tienden a preferir vivir en la sombra, serpenteando, borroneando palabras sin sentido, babeando por las esquinas y soñando con falsas y mantequillosas encuestas inútiles y que atrofian el cerebro.
 El socialismo es casi siempre ruinoso. No ha funcionado bien en ningún sitio. Algún país, como Alemania,  ha tenido la suerte de contar con una socialdemocracia tangible. Así es la realidad política en la órbita municipal. El socialismo siempre será más contraproducente que una derecha acobardada, llena de complejos y sumisa. Y cuando digo derecha me estoy refiriendo a esa derecha popular que, tristemente, pero con obscena culpabilidad, ha vuelto a cometer el error que la mantiene sumida en el ostracismo, por lo menos en Puerto de la Cruz.
Las elecciones del 22 de mayo no ilusionan. Los ciudadanos no se creen las promesas de esos políticos. Y cuando observan las listas, sobre todo la que ha confeccionado la derecha, acaban por entender que hay personas incapaces de ilusionar, incapaces de protagonizar un cambio; son personas roñosas a la hora de decir la verdad que tanto ansía el futuro votante.
En Puerto de la Cruz se pierden las oportunidades con una facilidad asombrosa. El Partido Popular es un ejemplo de lo mal que se pueden hacer las cosas. Ojalá que ese parón no suponga un declive en el número de votos, lo que a su vez propicie el subidón de un socialismo que siempre que ha tocado el poder municipal ha evidenciado ramplonería e ineficacia en la gestión.

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