jueves, 5 de mayo de 2011

ART. DE UN PORTUENSE,

PERDIDOSFRENTE A NUESTRA ENCRUCIJADA POLÍTICA Y SOCIAL

ARTÍCULO RECIBIDO DE: Celestino González Herreros
Cuántos suspiros en nuestro sufrido entorno social. Lo vemos cada día y lo sufrimos; si, lo estamos viendo a diario, pero las gentes se olvidan pronto, como si sólo se tratara de una pesadilla que hemos superado al despertar del sueño. La vida sigue, esa lucha por la subsistencia... estos cuatro días que tenemos “prestados” nos exigen prisas irrefrenables para vivir la corta existencia que nos queda sin reparar en nada. Nien nuestras cosas íntimas que están ahí, desordenadas. Ni propósito alguno de enmiendas, como si fuéramos, al final de todo, absorbidos por una insalubre cloaca... Poco pensamos ya en nuestra verdadera imagen cívica; algunos viven como si fueran cerdos que no razonan. Cuatro días que serían suficientes para preparar nuestro espíritu con Dios, desde el comienzo, sin temor alguno.

Me asusta ver cómo nos vamos entorpeciendo sin darnos cuenta o no queriendo entender que rendiremos cuentas al final de todo.

No escapan de mi mente las palabras, las hago llegar al blanco papel para atestiguar el sentimiento que me embarga en estos momentos. Les convoco, buscando en ellas el consuelo que apacigüe la evidencia en que la Humanidad está viviendo, que abriguen tanta soledad y nos devuelvan la paz perdidainsidiosamente en los presentes momentos. Uno va buscando, a veces, un cause legítimo que no hallamos por más que le solicitemos. Un camino donde sentirnos seguros, sin fronteras ni horizontes que limiten nuestra esperanza, una ruta tan larga como el sueño evocadorde nuestra imposible perpetuidad.
Me asusta ver cómo nos vamos desintegrando... Me inquieta comprobar esa evidencia cruel de nuestras fuerzas y, de seguir así, sabremos el dramático destino que nos espera. No soporto sentir el silencio que le rodea; no resisto tener que ocultar mi ofuscación, cuando quiero explotar... Si sonreímos, nuestra acartonada sonrisa de estúpido payaso, nos hiere más que consuela.
Nunca ha de ser grato ni convincente, pasar de largo por la vida y no ver a los lados las ruinas de aquellos sueños pulverizados en los márgenes del camino, juguetes de las intempestivas brisas que inexorablemente van pasando… Es bien cierto que los golpes llegan a oírse en el corazón como llamadas fieles de nuestra conciencia. Cuántos seres queridos y amigos hemos perdido. Cuántas ilusiones rotas y cuántas lágrimas vertidas en el caudaloso río del desconsuelo. ¡Los días pasan tan rápidos! Tanto que asustan.
La Humanidad está seriamente dividida, políticamente absorbida y enemistada. Ya casi no hay garantías para nadie, nos hemos separado en la encrucijada de la vida, cada cual piensa diferente y no existe consenso posible que nos encause y volvamos a organizarnos como seres humanos, sin herirnos mutuamente con nocturnidad y alevosía, disfrutando con nuestros mismos fracasos y sin importarnos para nada la herencia que le estamos dejando a nuestras futuras generaciones. Sin trabajos estables y fijos, como era antes… Hipotecados hasta la médula. Desilusionados… Sin incentivos y en tinieblas. Ya casi sin horizontes que les llamen…
Eso es lo que hemos conseguido, no hemos sabido luchar contra la corrupción y la apatía de aquellos que aún siguen de brazos cruzados, obstaculizando el esfuerzo de otros que quieren hacernos creer que si luchan por salvarnos del desesperado fracaso económico y políticos en que estamos “todos” inmersos.
Desde luego, poco optimismo reina en la calle, quisiera que no fuera así, pero hay un descontento tan extendido, una apatía tal y desinformación que asusta. Y eso no es bueno. Las gentes están cansadas, casi no quieren oír hablar de “política”, están reacios…
Por favor guarden las formas, no ofrezcan mucho y menos aquello que saben positivamente, que jamás van a cumplir, por que no pueden o no quieren, seamos pues, prudentes…y prepotentes mucho menos. Ojala todo salga bien, mi gente se ilusione y vayan todos a vota

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