miércoles, 11 de mayo de 2011

VIDA Y GLORIA DE NUESTROS ALCALDES
ARTÍCULO RECIBIDO DE: Celestino González Herreros
Han transcurrido muchísimos años desde que se fundara el primer Ayuntamiento del Puerto de la Cruz; y si se ha hablado de sus Alcaldes, desde entonces, para los de mi generación, poco ha sido. Con la edad que disfruto, sólo algo, he oído hablar sobre los mismos. Como si fueran hechos históricos que pasan y ya está. Sin embargo, cuando uno entra en el Salón de Actos de nuestra Casa Consistorial, es sobrecogedora la visión de tantos retratos de aquellos que, cronológicamente han ido pasando por el difícil escenario administrativo de los destinos del pueblo durante el tiempo que duraran sus mandatos. Yo de eso entiendo muy poco, pero me basto solo para exponer mis ideas. Por lo que recuerdo, desde mi niñez, poco se nos “informaba”. Pero eso no quita que pueda hacer estos comentarios, que algo hemos leído. Es sobrecogedora, repito,  la visión de esos alegóricos retratos que evocan épocas pasadas y en circunstancias distintas. Esos hombres, muchos de ellos, con vocación altruista, resolvieron problemas muy serios cuando se lo propusieron y algunos, cuando pudieron avanzar en sus proyectos o gestiones administrativas, buscaron casi siempre el bien social de nuestro Puerto de la Cruz. Casi todos trabajaron afanosamente por elevar el nivel de vida de los portuenses y se ganaron de forma admirable el cariño de nuestras gentes. Léase, no todos. Otros son recordados sin tantas glorias. Y aquellos que politizaron su verdadera misión como Alcaldes, su recuerdo será siempre despreciado. Cuando entro en ese Salón,  siento por todos el mismo respeto y la misma admiración. Aún no sé si está bien o mal que lo diga, pero asumo el riesgo... Para mí, con la ignorancia política que me asiste, todos ocupan en ese especial recinto, con esos retratos representativos, el lugar adecuado y supuestamente merecido, para con el recuerdo ilustrar las imborrables páginas de nuestra historia municipal. Ellos han contribuido con sus aciertos o sus fracasos, a elevar la importancia y el destino de nuestra ciudad. Allí están representándonos,  con cuyas vidas han llenado páginas enteras en nuestro manuscrito municipal, y algunas de ellas, con letras de oro, narrando hechos y vivencias de extrema importancia, venciendo en muchos de los casos, no pocas dificultades de toda índole y cuyos testimonios están en esos capítulos ignorados por la gran mayoría de nuestros conciudadanos. Se me ocurre pensar, ¿si editáramos una biografía didáctica de cada uno de ellos, sin resentimientos pueriles, por no decir políticos, sólo darles a conocer a las presentes generaciones y a las venideras, destacando los más importantes acontecimientos vividos en cada uno de sus mandatos y las aportaciones hechas, sería un aporte de considerable importancia social. Sus vidas, sacrificios, entrega moral durante su gestión etc. Que no se convierta ese paso de ellos por la Alcaldía como un juego político. Aquello de que, el que más puede hace lo que quiere y puede deshacer aquello que los antecesores hicieron; como para demostrar su poder... Es necesario reivindicar la figura de los Alcaldes y que ellos se hagan valer con su conducta y honestidad. Esa innegable entrega hacia sus conciudadanos. De todos es conocido, que cada vez se dan menos a respetar, dando malos ejemplos, tanto en los Plenos, como en los medios de comunicación, en la calle y donde hallen la ocasión y se hable de política. Eso desmoraliza al electorado; y malo es que los ciudadanos pierdan la fe en los comicios electorales, entonces el estancamiento sería lamentable, y ¡adiós democracia! La política actual sigue siendo bandos opuestos y cada cual mira para sí, sin importarles, en muchos de los casos, los problemas que abundan en sus respectivos pueblos. Acción de venganza, imposición de criterios, castigo al contrario y mofa hacia los mismos, dejando cada vez más lejos y a sus espaldas, las necesidades prioritarias de aquellos que inocentemente depositaron en ellos su confianza, dándoles con la mejor buena fe ese voto sincero para llevarlos al Poder...
Editando esas Memorias, previamente condensadas en libretos de fácil manejo y lectura, al saber que la conducta de cada cual iba a ser repasada, y a la vez reflejada como anécdota o mera curiosidad, los futuros políticos tendrían más cuidado de hacer las cosa bien o al menos mucho mejor.

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