martes, 10 de mayo de 2011

ART. DE UN PORTUENSE,

COMPROMISO SOCIAL Y HUMANO DE SIEMPRE
ARTÍCULO DE: Celestino González Herreros
Hoy he vuelto a sentir el deseo de amar, de recorrer todas las distancias entre la ilusión y el desencanto, frenar y vencer el miedo al espectro cruel de la incomprensión, quizás agobiado por los años y viendo que la sociedad se hunde sin que nadie pueda salvarla, en la más crítica ignominia. Esto yo lo veía venir, mis presagios fueron acertados. Muy tonto hay que ser para no entenderlo. De esa libertad que promulga la democracia hemos pasado, casi sin darnos cuenta, al vulgar libertinaje: que cada cual haga lo que le plazca.
A nuestra querida gente cuesta mucho convencerla (dicen los hombres honestos que quieren salvar a esta sociedad. nuestra) y yo estoy de acuerdo con ellos; quieren que sigamos un camino recto y provechoso ya planificado, igual para todos, sin privilegios.
Ofreciéndonoslo sólo con el deseo de ayudarnos a vivir una vida mejor, con lecciones cargadas de experiencias y sabiduría, más, añado, cuesta mucho que lo entiendan... En cambio, hacia la destrucción de todos nuestros valores culturales, cívicos, sociales, políticos, etc., todo el mundo se ofrece "voluntariamente" y cada día que pasa estamos menos valorizados, no somos más que un montón de contraposiciones decepcionadas, un montón de seres que ya no sabemos cuál camino llevamos, o es que queremos ignorarlo. ¿Qué harán luego? Esa incógnita me atormenta y desencanta, sinceramente.
Ya, aquello del respeto hacia los demás, créanme, salvo valiosísimas excepciones, eso desapareció <<culpa de todos>> de los adultos bien nacidos pero mal orientados, o simplemente sin buenos principios. Hoy sólo queda la pena de no haber sabido atajar el mal, pero tampoco hubo muchas oportunidades y mucho menos apoyo de las autoridades competentes que "irresponsablemente" pasaron del asunto. En fin, que lo estamos pagando caro y muy caro, ya la mezcla se hizo, con sus incongruencias y todo eso... Ya nada hay qué hacer, sólo esperar a ver donde vamos a llegar.
Indudablemente que los cables se cruzaron y eso es malo, no se puede mezclar una cosa con la otra sin antes estudiar sus consecuencias... Ese ha sido, posiblemente, el punzón que me ha estropeado la inspiración, quiero agradar a unos y a otros, luego sin desearlo parezco cruel para todos o la mayor parte, cosa que me duele. Pero tengo que manifestarme, tengo el derecho constitucional que me ampara para poder decir lo que siento, ¿o estoy equivocado? Que si la gente no se respetan unos a otros, tengan el nivel social que tengan, no es grata la convivencia. Cuidémonos de los falsos y atendamos a nuestras obligaciones exigiendo nuestros derechos. Demos la cara como buenos ciudadanos y obliguemos a los demás a cumplir con sus deberes y si no lo hacen denunciémoslos.

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